Devocional

UN NUEVO COMIENZO

Texto: “Pedro les contestó: – Cada uno de ustedes cambie su manera de pensar para que puedan cambiar su manera de vivir y sean bautizados en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados sean perdonados, y reciban el don de la salvación del Espíritu Santo” (Hch. 2:38 TCB).

El pasaje en referencia alude a la respuesta de aquellos que escucharon el primer discurso de Pedro y que con un corazón compungido preguntaron, ¿qué debemos hacer? (Hch. 2:37). Ante esto, el apóstol Pedro les responde, “cambien su manera de pensar para que puedan cambiar su manera de vivir”… Es decir, Pedro les estaba haciendo una invitación a un nuevo comienzo donde les desafiaba a dejar atrás los errores vividos y adentrarse en el proceso de transformación para que experimentasen una nueva vida.

Esto nos muestra que los nuevos comienzos traen consigo retos y desafíos, y este era uno de esos. Estos hermanos se enfrentaban al proceso de un cambio profundo en sus vidas. Sin embargo, con el respaldo de Dios aquella experiencia sería plena, llena de sentido y propósito, por lo que este nuevo comienzo era una oportunidad de crecimiento y madurez, de redefinir metas y de aferrarse a lo que realmente era necesario. Tomando esto en consideración, podemos afirmar que comenzar de nuevo no necesariamente es algo negativo, aunque tenemos presente que cada comienzo es desafiante, con la guía de Dios enfrentaremos la nueva situación esperanzados y confiados en su ayuda e intervención.

Podemos decir que un nuevo comienzo es una nueva oportunidad que Dios no da para deshacernos de lo inservible y de lo que es un tropiezo para que experimentemos vidas plenas. Estos hermanos habían reconocido que algo tenían que hacer para experimentar un nuevo comienzo en sus vidas, por tal razón preguntaron, “¿qué debemos hacer?” En otras palabras, comenzar de nuevo implica toma de decisiones, que en ocasiones serán difíciles y desagradables, pero que cargan con un potencial de transformación. Ello requiere valentía, entereza y disposición para enfrentar el cambio.

Sin duda alguna un nuevo comienzo es desafiante, sin embargo, Dios ha colocado en nosotros la capacidad de adaptación, no porque seamos los más fuertes, sino por la misma razón que Pedro da a sus oyentes compungidos, “y reciban el don de la salvación del Espíritu Santo”. La asistencia de su Espíritu Santo nos fortalecerá y pondrá en nosotros lo necesario para enfrentar el desafío del nuevo comienzo y salir airosos en la nueva etapa que inicia.

En conclusión, los nuevos comienzos son inevitables en el caminar diario, y aunque impliquen cambios drásticos, no podemos perder de perspectiva que cada paso que demos, debemos darlo asistidos por las fuerzas provenientes del Espíritu de Dios quien es nuestro consolador. “Yo le pediré al Padre que les dé un Consolador, para que esté con ustedes para siempre” (Jn. 14:16 TCB).  

¿Estás pensando en comenzar de nuevo? Dios nos ha garantizado su presencia y asistencia, solo nos resta tomar la firme decisión de enfrentar el nuevo comienzo con la seguridad de que nunca estaremos solos y su ayuda estará presente en todo lo que emprendamos. No lo olvides. 

Carol Moreno  /  Puerto Rico

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