2 Tesalonicenses Capítulo 2

Introducción

INTRODUCCIÓN GENERAL

Sobre la autenticidad

La opinión sobre la autenticidad de la segunda carta, es decir, que no fue escrita por Pablo, es una moda ya superada. Pero haciendo un retroceso con respecto a esta observación, en el siglo XIX quien abre el debate acerca de la autoría paulina es el escritor J.E.C. Schmidt, en su escrito “Suposiciones acerca de las dos cartas a los Tesalonicenses”, dice que, la escatología de segunda de Tesalonicenses era contraria a la primera de Tesalonicenses, ya que 1 Tes. habla de la parusía como algo que pronto acontecerá; en cambio, 2 Tes. indica que se dará en un futuro lejano y describe una serie de acontecimientos previos antes de la venida definitiva (2:3-12).

Actualmente, entre los investigadores modernos hay una tendencia a considerar: respetar la atribución tradicional de los escritos. Solo algunos autores extremistas siguen defendiendo el tema de la autenticidad; algunas razones evidentes que mencionan: la falta de alusiones personales al autor y a la comunidad, la ausencia de referencias a 1 Tes. afirmaciones que llevan

a confirmar que las dos cartas no son realizadas por un mismo autor. Sino que el autor de la segunda carta a Tesalonicenses, es un discípulo de Pablo que responde a los problemas que ya se habían tratado en la primera carta,

2 escrita unos años después de la muerte de Pablo .

Fecha de composición y remitentes

Los receptores, es la misma comunidad a la cual se dirige la primera carta a los Tesalonicenses. Considerando los lugares que menciona la carta, en relación con lo que dice el libro de los Hechos, Pablo estuvo en Filipos, lugar donde sufre persecuciones (1 Tes. 2:2), posteriormente marcha a Tesalónica, pero al igual que en Filipos, la hostilidad que vive le obliga a marcharse (1:6). Antes de llegar a Corinto visitó Atenas y desde allí envía a Timoteo a visitar las comunidades de Macedonia, llevando la carta a Tesalonicenses.

Si fue escrita posterior a la primera carta, se mencionan dos opciones en su composición: la primera sería en el año 52 d.C. y la segunda; en caso de que se acepte la opinión de que Pablo no la escribió, la datación sería unos años después de la muerte de Pablo, a finales del siglo I d.C.

Género epistolar

El formato en que se presenta el escrito es de “carta”, un medio de comunicación muy usado en la antigüedad y en el contexto grecorromano, ellos dejaron un amplio corpus epistolar, por ello, se considera un género literario. Según los registros existe un amplio espectro de cartas, por

3 ejemplo,dealabanza,decorrección,argumentativas,informativas,etc. Es

posible que un secretario profesional escribía el dictado en una especie de borrador, y luego lo transcribía en hojas de papiro de unos 27 cm. al concluirse, se enrollaba y ataba, sellándola. Si era una carta importante, el secretario hacía y guardaba una copia.

El género epistolar tiende a seguir un formato predeterminado, aspecto que era conocido por Pablo.

Generalmente se componía de cuatro partes: introducción, punto en el que se menciona el remitente, destinatarios y el saludo; acción de gracias, cuerpo del mensaje y fórmula conclusiva.

Tesalonicenses, en su forma exterior, no concuerda con las grandes cartas del apóstol, como Romanos o Gálatas, estas presentan un prólogo epistolar, aspecto que no se encuentra en Tesalonicenses. Pero si contiene otros elementos comunes presentes en sus escritos. En un estilo de oratoria, el autor intenta convencer a sus destinatarios de que la venida del Señor no es inminente, así como el presentar que los creyentes indisciplinados son merecedores de la expulsión de la comunidad.

Segunda de Tesalonicenses, seguiría el modelo de la primera en cuanto a formato, pero sería una carta circular, lo que indica la relación y unidad con la primera carta.


Capítulo 2
 
Sobre la presencia y venida de Jesucristo y el hombre de maldad

1. Mis queridos hermanos, con respecto a la venida o a la manifestación de la presencia
παρουσίας (parousías) sustantivo femenino, primera declinación, primera sección, en caso genitivo singular, traduce: de la presencia, de la manifestación, de la venida. Viene del nominativo παρουσία (parousía), este término tiene varios significados, hace referencia a una presencia permanente que se va renovando constantemente, también el término ha sido usado para referirse a una segunda venida de Cristo, pero en otras traducciones se usa para decir que Cristo siempre está presente. La idea exegética es que Cristo mantiene su presencia constantemente para alimentar y sostener a la Iglesia, pero cuando se hace referencia a una venida, se hace con el propósito de sobredimensionar su presencia, de una forma más llamativa e inclusive espectacular, para despertar interés y esperanza a su Iglesia, se puede decir que al enfatizar la venida con el término parusía, es una forma de hacer más creativa la presencia de Jesucristo. En la escatología Paulina, el apóstol presenta a un Cristo creativo y dinámico para que las comunidades cristianas no se acomoden en la fe, ya que sus cartas estaban mayormente digiriéndose a comunidades no judías, con una fuerte influencia greco romana, los antecedentes de estas culturas muestran que les gustaba lo novedoso y creativo, por eso habían inventado muchas fiestas y mitos paganos para crear expectativas en sus religiones, es por eso que Pablo, conociendo la naturaleza pasada de estas comunidades, presenta un Cristo que está vivo, constantemente manifestándose, por lo cual sus discípulos deben vivir una fe por identidad, transformar su manera de pensar y guiarse por la ética de Cristo y su amor; pero el apóstol también cree y usa este término en relación a una consumación de esta venida de Cristo en el fin de los tiempos. En conclusión, el término parusía que se ha traducido como venida o presencia, quiere explicar a un Cristo que está presente, pero sigue renovando su presencia cada día con más fuerza, hasta una consumación perfecta de su venida.
de nuestro Señor Jesucristo y la reunión con Él,
2. les rogamos que no se dejen confundir, ni se aparten de la sana doctrina que ustedes tienen, ni saquen conclusiones apresuradas, ni por causa de profecías, ni por mensajes orales o escritos, falsamente atribuidos a nosotros, que digan que ha llegado el Día del Señor;
3. que nadie los engañe de ninguna manera; pues primero viene un tiempo donde se niegue a Cristo y luego se manifestará el hombre de maldad
El hombre de maldad es una figura escatológica paulina, exclusiva de la segunda a los Tesalonicenses, para varios eruditos tiene relación con la bestia de Apocalipsis 13 y con el anticristo (enemigos de Cristo) de las dos primeras cartas de Juan, los tres autores, tanto de Apocalipsis, 2 y 3 de Juan y de 2 Tesalonicenses, recogen toda la problemática de las persecuciones iniciadas por los judíos, y prolongadas por el imperio romano, con una figura de maldad que amenazó el cristianismo, atentó contra la fe de la iglesia e indujo a la Iglesia naciente a apostatar, para que no creyeran en Cristo; las 3 figuras, de los 3 autores, van a ser destruidas por la presencia y la venida de Jesús al final de los tiempos, como símbolo de soberanía divina, y proclamación de la justicia de Dios; en conclusión, el hombre de maldad (o sin ley) es la oposición a la soberanía y al reinado de Cristo para con su Iglesia. Para otros autores, el hombre maligno, puede simbolizar todas las seducciones de la época, que obstaculizaba la fe en Jesucristo, es decir, el pecado.
, el hijo de la perdición,
4. él se opondrá a Dios, y obstaculizará todo culto a Dios, llegará al colmo de que él entrará en el templo y se sentará en el altar, pretendiendo ser Dios.
5. ¿No se acuerdan de que yo les advertí de estas cosas cuando estaba con ustedes?
6. Ustedes ya saben lo que lo detiene por ahora, para que el hombre maligno aparezca en el tiempo que corresponda.
7. La maldad ya empezó a actuar de una forma misteriosa y sutil, pero llegará el momento en que el que obstaculiza este poder maléfico se quitará del medio, y el maligno actuará libremente.
 8. Entonces, ese hombre de maldad será revelado, y el mismo Señor Jesús lo destruirá, con el soplo de su boca, y lo anulará con la manifestación y consumación de su presencia;
9. este hombre maligno es el representante de la maldad del propio Satanás
σατανᾶ (sataná) sustantivo masculino, primera declinación, cuarta sección, en caso genitivo singular, del nominativo Σατανᾶς (Satanás). El término tiene su trasfondo en el arameo antiguo y del hebreo arameizado, y del hebreo vocalizado, actividad que realizan los masoretas.  La raíz verbal es   שטן (stn), significa oponerse, obstruir, poner sospecha, destruir, acusar, entre otras connotaciones. Después, esta raíz verbal se convirtió en sustantivo שָּׂטָ֖ן (satán), palabra que también realiza la función de un adjetivo calificativo. Como adjetivo señala cualidades o atributos negativos. Los atributos negativos se imponen a personas o seres espirituales, sean buenos o malos; así, el adjetivo traduce adversario, enemigo, opositor, aquel que pone sospechas. En cuanto a su uso, cuando al adjetivo שָּׂטָ֖ן le antecede un artículo, se escribe הַשָּׂטָ֖ן (jasatán), la palabra cumple la función de sustantivo, es decir, hace referencia a un personaje específico. Con esta idea, en tiempos antiguos el término usado indicaba la función de fiscal, la cual era un opositor o acusador. En el Antiguo Testamento, tenemos dos pasajes bíblicos: en Zacarías 3:1-2 y Job 1:6-7; 2:1-2 citas que mencionan Jasatán. El término indica a un personaje de la corte celestial que cumple con la función de ser fiscal de la corte, y su trabajo es buscar pruebas para acusar. En el Nuevo Testamento, la palabra Satanás, se usa con varios sentidos, puede tener la connotación de disciplina, prueba, juicio o de purificación, porque en el significado del Antiguo Testamento Jasatán, el fiscal, se encargaba de buscar pruebas para acusar a alguien y disciplinarlo. El apóstol Pablo en 1 Corintios 5:5 usó esta expresión con un sentido de disciplina para restauración, y en este texto, sí se refiere a un personaje maligno, por el contexto y porque lleva su artículo.
, que actúa con toda su fuerza y hace falsas señales y prodigios,
10. y usa todo tipo de engaño, para que los que se pierden practiquen la injusticia, porque no aceptaron el amor sacrificial de Dios en Cristo, que es expresión de la verdad, y conduce a la salvación.
11. Consecuentemente, Dios los dejará vivir en el error, y ellos mismos se creerán sus propias mentiras.
12. Y los que no creyeron a la verdad, serán juzgados, ya que disfrutaron en practicar la injusticia.  
Llamados para la salvación

13. Nosotros damos gracias continuamente por ustedes, mis queridos hermanos, amados por el Señor, pues en el plan inicial de Dios, los llamó para que vivan la salvación, mediante la santificación en el Espíritu y la práctica de la fe como expresión de la verdad,
14. también los llamó a través del evangelio que transforma toda la existencia humana, que les predicamos, para que participen de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15. Por lo tanto hermanos, estén firmes y practiquen las enseñanzas que les dimos, mediante la predicación y también por medio de cartas.
16. Que el mismo Señor Jesucristo y nuestro Dios Padre, que nos amó, que nos dio consuelo eterno, y una esperanza fundamentada en la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo,
17. los anime y fortalezca en su interior, que los consolide en la vivencia del testimonio cristiano, y que la conducta de ustedes siempre sea guiada por la Palabra.
  


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