Juan Capítulo 8

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Títulos:
Jesús y la mujer adúltera
Jesús es la luz de la vida plena
Jesús habla sobre el Padre
La verdad los hará libres
La preexistencia de Jesucristo
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Introducción

INTRODUCCIÓN GENERAL

Teorías de Formación

La tradición durante varios siglos defendió que el autor del Evangelio era el discípulo Juan, que también se quedó conocido como “el discípulo amado”, y no solo del Evangelio, también de las 3 cartas de Juan y del Apocalipsis. Con la influencia del racionalismo a partir del siglo XVIII, se inició la alta crítica, que sometió toda la literatura Juanina a una crítica rigurosa y científica, y se empezó a cuestionar las teorías de formación de estos libros, debido a grandes incoherencias entre un libro y otro, principalmente en la cuestión técnica como el griego ático, dominio del idioma, líneas teológicas, género literario, estilo de escritura, etc. Considerando que es un tema abierto, que las teorías de formación de Juan siguen siendo discutidas, resaltaremos algunas posturas e inclinaciones más aceptadas actualmente.

Autor

No descartamos totalmente la posibilidad que el discípulo Juan, sea el autor del Evangelio, pero sí nos abrimos al razonamiento de que el discípulo era un judío, de formación básica, el texto evidencia que su autor era un profundo conocedor del pensamiento filosófico griego clásico y dominaba a la perfección el griego académico de Atenas, conocía perfectamente el género literario griego, resaltando en su libro tanto la alegoría como los diálogos, por ejemplo, manejaba la metafísica de Aristóteles de forma impresionante, y la cristianiza adaptándola al “Logos” que para él es “Jesucristo”, esto se observa en el prólogo del libro (Juan 1:1-18). Además, teorías recientes atribuyen la autoría del libro a la “comunidad del discípulo amado”.


Capítulo 8

Jesús y la mujer adúltera

1. Pero Jesús se fue al monte de los Olivos.
2. Al amanecer, de nuevo se fue al templo y todo el pueblo venía donde Él. Jesús sentándose empezó a enseñar.
3. Entonces, los escribas y los fariseos le trajeron una mujer que fue sorprendida en adulterio, la pusieron en medio de la gente,
4. y dijeron a Jesús: – Maestro, esta mujer ha sido encontrada en pleno acto de adulterio.
5. Según la ley de Moisés, tales mujeres deben ser apedreadas; ¿Cuál es tu opinión?
6. Esto le decían para ponerle una trampa, con el propósito de saber su opinión y acusarlo, pero Jesús se inclinó y con el dedo se puso a escribir en la tierra.
7. Pero ellos insistieron que Jesús respondiera, entonces Él se enderezó y les dijo: – El que esté libre de pecados, que sea infalible, ético, que tire la primera piedra.
8. Y de nuevo se inclinó para seguir escribiendo en la tierra.
9. Cuando lo escucharon, empezaron a retirarse uno por uno, comenzando por los más ancianos hasta los más jóvenes, y Jesús se quedó solo con la mujer.
10. Jesús se enderezó y dijo a la mujer: – ¡Mujer! ¿Dónde están los que te acusan? ¿Ninguno te condenó?
11. Respondió ella: – Ninguno, Señor. Entonces Jesús le contestó: – Yo tampoco te condeno; vete y desde ahora ya no peques más.
Jesús es la luz de la vida plena

12. Jesús volvió a hablar, diciendo: – Yo soy la luz del mundo; el que me sigue de ninguna manera andará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida plena.
13. Los fariseos le replicaron: – Tú siempre testificas de ti mismo, por esta razón tu testimonio no es válido.
14. Respondió Jesús: – Aunque yo testifico acerca de mí, este testimonio es totalmente válido, pues yo sé de dónde vengo y hacia a donde voy; pero ustedes no saben nada de mí, no saben de dónde vengo ni para donde voy.
15. Ustedes critican y juzgan según los criterios de este mundo, pero yo no critico ni juzgo a nadie.
16. Si yo juzgo, mi juicio es válido, pues yo juzgo junto con mi Padre, que me envió.
17. En la ley de Moisés está escrito que el testimonio de dos personas es verdadero.
18. Yo testifico sobre mí mismo, también el Padre que me envió testifica sobre mí.
19. Los fariseos le preguntaron: – ¿Dónde está tu Padre? Jesús contestó: – Ustedes ni me conocen, tampoco conocen a mi Padre; si ustedes me conocieran, también conocerían a mi Padre.
20. Estas enseñanzas las dio en el lugar donde se recogen las ofrendas del templo; y nadie intentó arrestarlo, pues aún no había llegado su hora.
Jesús habla sobre el Padre

21. Jesús siguió enseñando: – Yo me voy y ustedes me buscarán, pero morirán por sus propios pecados; a dónde yo voy, ustedes no pueden venir.
22. Los judíos decían: – ¿Acaso Jesús va a suicidarse? Porque dice “a dónde yo voy, ustedes no pueden venir”.
23. Jesús respondió: – Ustedes practican las tendencias de este mundo, pero yo vivo las cosas del cielo, ustedes son de este mundo, pero yo no soy de este mundo.
24. Por esto les dije “ustedes morirán por vivir una vida de pecado; y si ustedes no creen en mí, morirán por sus propios pecados”.
25. Ellos le replicaron: – ¿Tú quién eres? Jesús dijo: – Desde un principio les he hablado sobre mí.
26. Muchas cosas tengo que criticarles y juzgarles; pero el que me envió es Verdadero, y todo lo que escuché de Él, esto mismo les enseño a ustedes y al mundo.
27. Pero los fariseos no entendieron nada de lo que Jesús hablaba del Padre.
28. Entonces añadió Jesús: Cuando el Padre exalte y glorifique al Hijo del hombre, ahí ustedes conocerán quién soy yo, por mí mismo no puedo hacer nada, sino que todo lo que me enseñó el Padre, esto hablo.
29. Mi Padre siempre está conmigo, Él nunca me ha dejado solo, y yo siempre hago lo correcto y busco agradarlo.
30. Cuando Jesús enseñaba estas cosas, muchos creyeron en Él.
La verdad los hará libres

31. Jesús argumentó a los judíos que creían en Él: – Si ustedes permanecen y practican mi palabra, verdaderamene son mis discípulos;
32. y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
33.Ellos le contestaron: – Somos del linaje de Abraham, y no hemos sido esclavos de nadie; ¿Cómo es que Tú dices que seremos libres?
34. Jesús respondió: – En verdad, en verdad les digo, todo aquel que practica el pecado, es esclavo del pecado, y no es libre.
35. El esclavo no permanece siempre en la familia; el hijo permanece siempre en ella.
36. Así pues, si el Hijo les da la libertad, realmente serán libres.
37. Sé que ustedes son del linaje de Abraham, pero me buscan para asesinarme, pues mi palabra no llegó a sus corazones.
38. Pues yo hablo de lo que he visto y he vivido acerca de mi Padre, y ustedes por tanto hacen lo que han escuchado de su padre.
39. Ellos dijeron a Jesús: – Nuestro padre es Abraham. Replicó Jesús: – Si ustedes fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham.
40. Pero ahora ustedes quieren asesinarme, yo soy un hombre que he hablado con la verdad, ya que la escuché de parte de Dios; Abraham no me asesinaría.
41. Ustedes hacen las obras de su padre; Ellos le reclamaron: – Nosotros no somos bastardos, tenemos un padre y ese es Dios.
42. Jesús les dijo: – Si ustedes procedieran de Dios Padre, me amarían; porque yo procedo de Dios, no he venido por mí mismo, sino que vengo de parte del que me envió.
43. ¿Por qué no entienden mi enseñanza? ¿Por qué no pueden escuchar mi palabra?
44. Ustedes son de su padre, el diablo, y quieren hacer los deseos de su padre; el diablo fue homicida desde el principio, y la verdad nunca habitó en él, pues él es enemigo de la verdad; él siempre habla con mentira, pues es su propia naturaleza, ya que él es padre de mentira.
45. Pero yo, que digo siempre la verdad, no me creen.
46. ¿Quién de ustedes puede señalarme un pecado que yo haya cometido? Siempre he dicho la verdad. ¿Por qué no me creen?
47. El que es de Dios, siempre escucha su palabra; es por esto que ustedes no escuchan la palabra de Dios, porque no son de Dios.
La preexistencia de Jesucristo

48. Entonces los judíos le respondieron a Jesús: – ¿Acaso no hemos hablado lo correcto, que tú eres un samno y tienes un demonio?
49. Jesús contestó: – Yo no tengo un demonio, más bien, yo siempre honro a mi Padre y ustedes me deshonran.
50. Yo no busco mi propia gloria ni fama; hay quienes buscan su fama, el éxito de forma ilícita, critican a las personas y juzgan.
51. Les digo la verdad, si alguno guarda y practica mi palabra, nunca vivirá la muerte eterna.
52. Entonces los judíos le replicaron: – Ahora estamos seguros de que tú estás poseído por un demonio; Abraham y nuestros profetas murieron, y tú dices “si alguien guarda y practica mi palabra, nunca vivirá la muerte eterna”.
53. ¿Acaso te crees más importante que nuestro padre Abraham, el cual murió? También nuestros profetas murieron; ¿Tú quién te crees?
54. Jesús respondió: – Si yo me glorifico a mí mismo, esa gloria no tiene valor; es el Padre el que me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios.
55. Y si yo dijera que no he conocido a mi Padre, entonces sería un mentiroso y me parecería a ustedes que sí son mentirosos, pero yo sí lo conozco, guardo y practico su palabra.
56. Su padre Abraham disfrutó la profecía de que yo vendría a este mundo, él lo vio y se alegró.
57. Entonces los judíos le replicaron: – Aún no tienes cincuenta años ¿Y has visto a Abraham?
58. Jesús dijo: – En verdad, en verdad les digo, antes que Abraham existiera, yo ya existía.
59. Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.
 


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