Juan Capítulo 5

Introducción

INTRODUCCIÓN GENERAL

Estructura según la TCB

Prólogo: La Palabra de vida (1:1-18)
Juan el bautista da testimonio del Mesías (1:19-28) Jesús, el Cordero de Dios (1:29-34)
Los primeros discípulos de Jesús (1:35-42)
Jesús llama a Felipe y a Natanael (1:43-51)
La boda en Caná (2:1-12)
Jesús purifica el templo (2:13-22)
Jesús conoce los corazones (2:23-24)
Diálogo de Jesús con Nicodemo (3:1-15)
El amor sacrificial de Dios (3:16-21)
Jesús y Juan el bautista (3:22-30)
El que viene del cielo (3:31-36)
Diálogo de Jesús con la mujer Samaritana (4:1-42) Jesús sana al hijo de un oficial (4:43-54)
Jesús sana a un paralítico (5:1-18)
La autoridad del Hijo de Dios (5:19-30) Testimonio del Hijo (5:31-47)
Jesús alimenta a más de cinco mil (6:1-15)
Jesús camina sobre el mar (6:16-21)
La gente busca a Jesús (6:22-24)
Jesús, el pan de vida (6:25-59)
Palabras de vida eterna (6:60-71)
Jesús es presionado por sus hermanos (7:1-9) Jesús en la fiesta de los Tabernáculos (7:10-24) ¿Es Jesús el Mesías? (7:25-31)
Los fariseos tratan de arrestar a Jesús (7:32-36) Ríos de agua viva (7:37-39)
La gente discute sobre Jesús (7:40-44)
Los judíos se niegan a creer (7:45-53)
Jesús y la mujer adúltera (8:1-11)
Jesús es la luz de la vida plena (8:12-20)
Jesús habla sobre el Padre (8:21-30)
La verdad los hará libres (8:31-47)
La preexistencia de Jesucristo (8:48-59)
Jesús sana a un ciego de nacimiento (9:1-34)
La ceguera espiritual (9:35-41)
Parábola del pastor (10:1-6)
Jesús el pastor bueno (10:7-21)
Jesús y la fiesta de la dedicación (10:22-42) Muerte de Lázaro (11:1-16)
Jesús es la resurrección y la vida plena (11:17-37) Jesús resucita a Lázaro (11:38-44)
Deciden asesinar a Jesús (11:45-57)

Jesús es ungido (12:1-11)

La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén (12:12-19)
Jesús habla sobre su glorificación a través de la muerte y resurrección (12:20-36)
Los judíos se niegan a creer en Jesús (12:37-43)
Las palabras de Jesús juzgarán a la gente (12:44-50)
Jesús lava los pies de sus discípulos (13:1-17)
Jesús anuncia quién lo iba a traicionar (13:18-30)
El nuevo mandamiento (13:31-35)
Jesús anuncia la negación de Pedro (13:36-38)
Jesús consuela a sus discípulos (14:1-4)
Jesús, el camino (14:5-14)
Jesús promete el Espíritu Santo (14:15-31)
Jesús es la vid verdadera (15:1-17)
Jesús advierte a sus discípulos que el mundo los odiará (15:18-16:4) La obra del Espíritu Santo (16:5-16)
Jesús les promete una alegría completa (16:17-24)
Jesús ha vencido al mundo (16:25-33)
La oración sacerdotal de Jesús (17:1-26)
Arresto de Jesús (18:1-14)
Pedro niega a Jesús (18:15-18)
Jesús ante el sumo sacerdote (18:19-24)
Pedro niega de nuevo a Jesús (18:25-27)
Jesús ante Pilatos (18:28-19:16)
Crucifixión de Jesús (19:17-27)
Muerte de Jesús (19:28-37)
Jesús es sepultado (19:38-42)
La resurrección de Jesús (20:1-10)
Jesús se aparece a María Magdalena (20:11-18)
Jesús se aparece a los discípulos (20:19-23)
Jesús se aparece a Tomás (20:24-29)
El propósito del libro (20:30-31)
Jesús y la pesca milagrosa (21:1-14)
Jesús y Pedro (21:15-19)
Jesús y el discípulo amado (21:20-25)


Capítulo 5

Jesús sana a un paralítico

1. Después de un tiempo, Jesús subió a Jerusalén, para celebrar una fiesta de los judíos.
2. Había en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina, que en hebreo se llamaba Betesda, y esta piscina tenía cinco puertas pequeñas.
3. Alrededor de la piscina había una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos,
4.
De acuerdo con la crítica textual, el versículo 4 no se encuentra en los manuscritos más antiguos, cercanos a los originales. Algunos manuscritos posteriores al siglo IV d.C. contienen el versículo: “Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese (RVR 1960).” Nosotros en esta traducción optamos por seguir la opinión de que en los manuscritos más antiguos no lo contienen y no consideramos el versículo 4.

5. Y había un hombre que tenía treinta y ocho años de parálisis.
6. Jesús vio a este hombre acostado, y como conocía que tenía mucho tiempo con su enfermedad, le dijo: – ¿Quieres ser sano?
7. El paralítico respondió: – Señor, no tengo a ninguna persona que me ayude a meterme a la piscina cuando se agita el agua; mientras que voy a la piscina, ya otro enfermo se metió antes que yo.
8. Entonces Jesús le dijo: – Levántate, toma tu camilla y anda.
9. Inmediatamente el hombre quedó sano, tomó su camilla y anduvo. Era un sábado.
10. Entonces los judíos le dijeron al paralítico sanado: – Es sábado, y no está permitido cargar tu camilla.
11. Él respondió: – El que me sanó me dijo “toma tu camilla y anda”.
12. Entonces le preguntaron: – ¿Quién es el hombre que te dijo “toma tu camilla y anda”?
13. El paralítico sanado no sabía quién era Jesús; porque Jesús se perdió entre la multitud que había en aquel lugar.
14. Después Jesús encontró al paralítico en el templo; y le dijo: – Mira, estás sano; ya no peques más, porque te puede venir algo peor.
15. El hombre se fue y avisó a los judíos, que Jesús fue quien lo sanó.
16. Y por este milagro, los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
17. Pero Jesús les respondió: – Mi Padre trabaja incluso en sábado para hacer su obra, por eso yo también.
18. Por estas cosas, los judíos con mayor razón trataban de matarlo, no solamente porque violaba el sábado, sino porque trataba a Dios como su propio Padre; y también se auto concebía Dios.
La autoridad del Hijo de Dios

19. Entonces Jesús les decía a los judíos: – En verdad, en verdad les digo, no puede el Hijo hacer tales cosas por sí mismo, el Hijo hace lo que el Padre hace; porque el Hijo siempre ve lo que hace su Padre y hace lo mismo.
20. Porque el Padre ama a su Hijo, y todo lo que Él hace, le muestra a su Hijo, y aún hará cosas más grandes que estas, y también se las enseñará a su Hijo, con el propósito de que ustedes se maravillen.
21. Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quien Él quiere.
22. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que el juicio se lo delegó a su Hijo,
23. para que todos honren al Hijo como honran al Padre; el que no honra al Hijo, no honra al Padre, porque el Padre envió a su Hijo.
24. De cierto, de cierto les digo, que el que escucha mi Palabra y cree al Padre que me envió, tiene vida eterna, y no vivirá el juicio de condenación, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
25. Les digo la verdad, que viene la hora y en efecto, ya llegó, cuando los muertos espirituales oigan la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan tendrán vida plena.
26. Porque el Padre tiene vida plena en sí mismo, así también el Hijo tiene vida plena en sí mismo porque se la dio el Padre;
27. porque también le dio autoridad de juzgar, ya que es el Hijo del Hombre.
28. No se asombren con esto, pues viene el momento, que todos los que están en las tumbas, escucharán la voz del Hijo del hombre;
29. y los que hicieron lo bueno saldrán para vivir una resurrección de vida plena, pero los que hicieron lo malo, se levantarán de las tumbas para vivir un juicio de condenación.
30. No puedo hacer nada por mi propia cuenta, así como escucho, juzgo; y mi juicio es justo, pues no busco mi propia voluntad, sino que hago la voluntad de mi Padre, que me envió.
Testimonio del Hijo

31. Si yo testifico sobre mí mismo, este testimonio no tiene ningún valor.
32. Pero hay otro que testifica acerca de mí, este testimonio sí tiene valor, porque es otro que está hablando sobre mí.
33. Ustedes enviaron mensajeros a Juan el bautista, y él testificó y habló con la verdad.
34. Pero no necesito recibir testimonio de ninguna persona, solo mencioné el testimonio de Juan, con el objetivo de que ustedes sean salvos;
35. él era la lámpara que alumbraba y brillaba, y ustedes en aquel momento se alegraron a través de su luz.
36. Yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; por las obras que me dio el Padre para que yo las haga, estas obras que yo hago testifican sobre mí, que el Padre me envió.
37. El Padre que me envió ha testificado acerca de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz, ni tampoco han visto nada de Él,
38. ni tienen la palabra de vida, porque el Padre envió esta palabra y ustedes la rechazaron, no creyendo en ella.
39. Estudien las Escrituras, porque ustedes piensan que en ellas está la vida eterna, y ellas son las que testifican de mí;
40. Y ustedes no quieren venir hacia mí para que tengan vida eterna.
41. No me interesa recibir gloria de parte de la humanidad;
42. porque he visto que ustedes no tienen el amor sacrificial de Dios.
43. Yo vine en nombre de mi Padre, y ustedes no me recibieron; pero si otro viene en su propio nombre, ¡a ese sí lo reciben!
44. ¿Cómo pueden ustedes creer, si entre ustedes mismos se alaban, y la alabanza y la gloria del único Dios no buscan?
45. No piensen que yo los acusaré ante el Padre; pero hay alguien que sí los acusará, que es Moisés, en quien ustedes tienen esperanza.
46. Porque si creen en Moisés, ustedes creerán en mí; porque Moisés escribió sobre mí.
47. Pero si no creen en sus escritos, ¿Cómo van a creer en mis palabras?
 


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