Gálatas Capítulo 2

Introducción

INTRODUCCIÓN GENERAL

Teorías de formación

Dirigida a los habitantes de la provincia romana de Galacia en Asia Menor. Posiblemente Pablo dirigió esta epístola a las iglesias que estaban ubicadas en la parte sur de la provincia debido a que no se menciona a la región étnica que estaba al norte. No está dirigida a una iglesia en particular sino a un grupo de iglesias, por lo que se cree que fue pasada de una iglesia a otra para llevar las importantes lecciones que contiene en un momento crítico para el cristianismo de la zona.

No cabe duda que fue Pablo quien escribe la carta a los Gálatas ya que es él mismo quien lo describe en el capítulo 1 verso 1.

Existen dos teorías con respecto a la fecha y el lugar de la redacción de la epístola, la primera propuesta sería entre los años 56 y 57 d.C., en Macedonia. La segunda propuesta ubica su redacción en Éfeso entre los años 54 al 57.

Una de las temáticas importantes que encontramos en Gálatas es la libertad del cristiano que está llamado a recibir la salvación como un regalo de Dios a través de Jesucristo y no por la ley. Al parecer Pablo estaba preocupado porque muchos creyentes estaban alejándose del Señor para volver nuevamente a sus creencias anteriores. Algunos gálatas habían adoptado las enseñanzas de los cristianos judíos quienes les planteaban que necesitaban ser circuncidados y además realizar los rituales de la ley de Moisés para obtener la salvación. Por lo que Pablo les manda enseñar a toda la salvación por medio de Jesucristo, además de defenderse de las falsas acusaciones que se habían levantado en su contra y aclarar el rol de la ley de Moisés dentro del propósito del Señor.


 Capítulo 2

Pablo y los otros apóstoles 

2:1. Después de catorce años, regresé a Jerusalén con Bernabé, y también llevé a Tito;
2. fui por una revelación y el propósito era aclarar la situación, les expliqué el evangelio que anuncié entre los que no son judíos, y lo hice en privado y tuve mucho cuidado en hacerlo, para no cometer ningún error, para que todo mi esfuerzo pasado y presente no fuera en vano.
3. Ellos no obligaron a nadie a circuncidarse; ni siquiera a Tito que me acompañaba y no era judío.
4. Era necesario hablar de estas cuestiones porque algunos intrusos, hermanos falsos, se infiltraron para espiarnos, cuestionando la libertad que tenemos en Cristo Jesús, ellos querían esclavizarnos con las tradiciones religiosas;
5. pero ni por un momento nos dejamos convencer por ellos, pues queríamos que ustedes siguieran obedeciendo la verdad del evangelio.
6. Ni siquiera los que eran reconocidos como líderes, y nos habían escuchado, nos dijeron nada, respetaron lo que estábamos haciendo, y si no nos hubieran respetado, ¡ni modo!, porque igual no me interesa si eran reconocidos o no, porque Dios no juzga por las apariencias o títulos, para Él todos son iguales.
7. Por el contrario, ellos reconocieron que Dios me había encargado anunciar el evangelio a todos los que no son judíos, de la misma manera que a Pedro se le había encargado anunciar el evangelio a los judíos;
8. el mismo Dios que facultó a Pedro como apóstol de los judíos me facultó también a mí como apóstol de los no judíos;
9. Santiago, Pedro y Juan, que eran columnas de la Iglesia, reconocieron que Dios me dio la gracia, junto con Bernabé para llevar la predicación a los gentiles, mientras ellos seguirían alcanzando a los judíos, así que nos dieron la mano en señal de compañerismo, y mantuvimos una muy buena relación con los apóstoles.
10. Solamente nos pidieron que no descuidemos a los pobres, y estamos muy de acuerdo, porque es exactamente lo que hemos estado haciendo.  
Pablo confronta a Pedro

11. Cuando Pedro vino a Antioquía, me opuse a él y lo confronté de frente, pues había hecho algo con lo que yo no estaba de acuerdo;
12. esto fue lo que pasó: recién llegado, Pedro comía y compartía normalmente con los que no eran judíos. Pero después, cuando algunos creyentes judíos vinieron de parte de Santiago, Pedro se separó de los que no eran judíos porque tenía miedo de que los judíos lo criticaran.
13. Y los demás judíos participaron en la hipocresía, hasta Bernabé se dejó arrastrar por esa conducta hipócrita.
14. Cuando vi que Pedro no andaba rectamente, como corresponde a la integridad del evangelio, le confronté delante de todos: Si tú siendo judío, no sigues las reglas judías cuando no estás siendo observado por los judíos de Jerusalén que se creen los santos, ¿cómo te atreves a obligar a los que no son judíos a que sigan las costumbres judías, solo para causar buena impresión ante tus viejos amigos de Jerusalén?
15. Porque seamos honestos, somos judíos de nacimiento, pero no somos superiores a los demás pecadores;
16. sabemos que el ser humano no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe por identidad
Πίστεως (písteos) sustantivo femenino, tercera declinación, en caso genitivo singular. Traduce: de la fe por identidad. Del nominativo πίστις (pístis) que viene del verbo πιστεύω (pisteúo) que traduce fe, creer y conocimiento. Aquí significa una fe que se fundamenta en el conocimiento de Dios por medio de Cristo Jesús, conocimiento que va a regir mi vida y mi carácter, y se va adquiriendo la identidad de Dios por medio de Cristo.
en Cristo Jesús, nosotros mismos hemos creído en Jesucristo para ser justificados por Dios y no por cumplir reglas religiosas, ya que Dios no justifica a nadie a base del legalismo.
17. Pero si buscamos ser justificados en Cristo, se hace evidente que nosotros mismos fuimos hallados pecadores ¿Se atreverían a acusar a Cristo de ser cómplice del pecado? ¡De ninguna manera!
18. Porque si vuelvo a reconstruir lo que yo mismo destruí, sería un charlatán, pues si yo digo que la ley no sirve para justificar, pero luego vuelvo a obedecerla, demuestro que estoy equivocado.
19. Porque según los parámetros de la ley, para la ley estoy muerto. Sin embargo, ¡ahora vivo para Dios! Y fui crucificado juntamente con Cristo,
20. ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y mientras vivo en este cuerpo, vivo por la fe del Hijo de Dios, quien me amó sacrificialmente y se entregó a sí mismo por mí.
21. No rechazo la gracia de Dios, porque si la justicia viniese por medio de la ley, entonces de nada serviría que Cristo haya muerto.  
  


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