Lucas Capítulo 9
Títulos:
Misión de los discípulos
Herodes estaba confundido sobre Jesús
Jesús alimenta a más de cinco mil personas
¿Qué dicen sobre Jesús?
Jesús anuncia su muerte
La transfiguración
Jesús anuncia por segunda vez su muerte
El más importante
El que no está en contra, está a favor
Camino hacia Jerusalén
Los que querían seguir a Jesús
Versículos:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62
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Introducción INTRODUCCIÓN GENERAL Sobre la portada Obra: Dos madres un propósito (2023) Medidas: 11” x 14” Materiales: Acuarela Inspirado en el relato del inicio del capítulo 1 de Lucas donde vemos el origen de los padres de Juan y Jesús el Hijo de Dios. Lucas deseaba que Teófilo supiera la verdad y comenzó con este relato de lo que parece imposible para el ojo humano es posible para Dios; Elisabet era justa, pero era estéril y ambos eran de edad avanzada para tener ya un hijo. Maravilloso es que Dios escogió su vientre para que llegara uno que convirtiera el corazón de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia. Se muestra el lado izquierdo su historia y al otro lado derecho se encuentra María donde daría a luz al Hijo del Altísimo y el Señor le dará el trono de David su Padre de Lucas 1:32-33. Todo dibujado con bolígrafo y acuarela, colores verdes representando la esperanza y nacimiento. Dos Milagros, un camino, con colores cálidos y fríos, el proceso redentor y surgimiento del Espíritu Santo representado en una paloma.
Misión de los discípulos 1. Jesús reunió a sus doce discípulos, les dio poder sobrenatural y autoridad sobre los demonios y para sanar enfermedades. 2. Y los envió a proclamar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. 3. Y les dio instrucciones: – Entre menos equipaje lleven para cumplir la misión, es mucho mejor; no lleven maletas, ni bastón, ni comida, ni dinero, y lleven solo la ropa necesaria. 4. Y en cualquier casa que entren, quédense allí hasta que les toque seguir el viaje. 5. Cuando no sean bienvenidos, al salir de tal ciudad, sacudan el polvo de sus pies, como señal de protesta a los ciudadanos de la ciudad, que rechazaron el mensaje de salvación. 6. Los discípulos salieron y recorrieron de pueblo en pueblo anunciando el evangelio que transforma toda la existencia humana y sanando en todas partes. Herodes estaba confundido sobre Jesús 7. Herodes, el tetrarca, oyó lo que estaba ocurriendo y lo que Jesús estaba haciendo, y estaba muy confundido porque algunos decían que Juan el Bautista había resucitado; 8. otros decían que Elías se había manifestado, pero otros decían que uno de los antiguos profetas había reaparecido. 9. Y Herodes comentaba: – Pero yo mismo mandé a decapitar a Juan el Bautista, entonces, ¿quién es este que tanto se oye hablar? Por eso, Herodes tenía mucho interés en conocer a Jesús. Jesús alimenta a más de cinco mil personas 10. Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho; Jesús se los llevó a un lugar alejado y solitario, en una ciudad llamada Betsaida. 11. Pero la multitud, al darse cuenta que Jesús se retiró, lo siguió; Jesús recibió a la gente con amabilidad, les hablaba del reino de Dios, y a los que estaban enfermos, los sanaba. 12. Cerca del anochecer, los doce apóstoles se acercaron y le dijeron a Jesús: – Maestro, despide a las personas, para que ellas vayan a los pueblos cercanos a buscar hospedaje y comida, porque aquí no hay nada. 13. Jesús les respondió: – Denles ustedes de comer. Pero ellos objetaron: – No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos a comprar alimentos para toda esta gente. 14. Había más de mil personas, y Jesús les dijo a sus discípulos: – Hagan que se sienten en el suelo, en grupos de cincuenta. 15. Así lo hicieron, y todos se sentaron. 16. Y Jesús tomando los cinco panes y los dos pescados, alzó sus ojos al cielo, los bendijo y los partió, y los fue entregando a los discípulos para que ellos los repartiesen entre la multitud. 17. Todos comieron hasta quedar satisfechos; y se recogieron doce canastas de lo que sobró. ¿Qué dicen sobre Jesús? 18. Un día, Jesús estaba orando para sí, los discípulos estaban cerca, entonces les preguntó: – ¿Qué dice la gente sobre mí? 19. Ellos le respondieron: – Unos dicen que eres Juan el Bautista, algunos dicen que eres Elías, y otros dicen que eres uno de los antiguos profetas que resucitó. 20. Entonces, Jesús les dijo: – ¿Y ustedes, qué opinan sobre mí? ¿Quién dicen que soy yo? Pedro contestó: – Tú eres el Cristo, el Mesías enviado por Dios. 21. Pero Jesús les advirtió que no dijeran nada a nadie, sobre quién era Él. Jesús anuncia su muerte 22. Y siguió diciendo a los discípulos: – Es necesario que el Hijo del Hombre Hijo del Hombre, la expresión griega Υἱὸν τοῦ ἀνθρώπου, es considerada por los eruditos bíblicos como un “título cristológico”; los biblistas opinan que el mismo Jesucristo se asignó este título Hijo del Hombre, para describir su misión en la tierra. El título está relacionado con una figura escatológica mencionada en el Antiguo Testamento, fundamentada en la cita de Daniel 7:13. El Antiguo Testamento presenta varias figuras escatológicas, y el Hijo del Hombre es una muy significativa. En el libro de Daniel se describe la figura como algo cercano al anciano de días que representaba a Dios, describe que viene sobre las nubes, símbolo que significa el estrado de los pies de Dios. Así, el Hijo del Hombre en Daniel es una figura divina, pero no es Dios, tiene apariencia humana y está junto a Dios.
En el período intertestamentario se desarrolla una interpretación sobre el Hijo del Hombre, en especial en la literatura rabínica, principalmente en las obras de los maestros tannaitas, ellos dicen que el Hijo del Hombre es el símbolo del hombre perfecto, un hombre sin pecado, es decir la figura del hombre antes de la caída, simboliza al hombre que tiene el control total de su naturaleza, y puede reinar con Dios, sin permitir la influencia del pecado en su vida. De tal manera que muchos rabinos, relacionaban el Hijo del Hombre con Adán antes de la caída. Porque los grandes imperios, Babilónico, Persa, Griego y Romano, recreaban figuras de la crueldad humana, eran como bestias, bajo estas figuras históricas de violencia, los eruditos fueron construyendo una figura contraria a la que representaban los imperios, así que fueron estableciendo un personaje que expresara un prototipo de humanidad sin pecado y que pueda resistir a la bestia.
Jesucristo conoce y toma esta figura escatológica rabínica Hijo del Hombre para describir su ministerio salvífico, Él se convierte en la figura del humano sin pecado, Cristo es el símbolo de una humanidad sin mancha, que controla la bestia del pecado, Él es el prototipo que todo humano debe imitar, para volver a vivir plenamente el reino de Dios.
Esta figura escatológica es un título que también indica poder y autoridad, un poder recibido para vencer al instinto perverso del pecado. Jesús al adjudicarse este título, con su vida enseña que la forma de vencer al pecado era la muerte; una paradoja para la lógica humana, dado que el camino para la vida era la muerte, matándose a sí mismo, a la naturaleza pecaminosa que representa el cuerpo, y viviendo el amor sacrificial, que Él magistralmente demostró en la cruz, acto que humanamente era un símbolo de tortura bestial, pero teológicamente este acto fue la consumación del reinado de Jesús, exaltado por medio de su muerte de cruz y venció a la maldad con su amor.
Cabe resaltar que los Evangelios en los relatos donde Jesús se autodenomina como Hijo del Hombre, con el título Él hace una integración de dos títulos cristológicos que pueden ser incompatibles, uno es el Hijo del Hombre, título de poder y exaltación (resurrección), y el otro es el Siervo Sufriente, título que indica humillación y sacrificio (muerte). La descripción del versículo muestra esta idea, dice que el camino del Hijo del Hombre es de sufrimiento y muerte, se refiere a las funciones del título Siervo Sufriente de Yahvé; resucitará al tercer día, recobraría su autoridad y gloria, funciones del título Hijo del Hombre. sufra muchas cosas, sea rechazado por los líderes religiosos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley, también es necesario que sea asesinado, y que resucite al tercer día. 23. Luego, Jesús dijo a todos: – Si alguien desea ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, cada día, tome su cruz y sígame. 24. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, en cambio, todo el que pierda su vida por mi causa, la salvará. 25. ¿De qué le sirve a una persona ganar el mundo entero y destruirse o perderse a sí misma? 26. Porque todo el que se avergüence de mí y de mi enseñanza, de este el Hijo del Hombre se avergonzará, cuando venga en su gloria, la de su Padre y con sus santos ángeles. 27. En verdad les digo, que hay algunos que están aquí presentes, que no morirán sin antes haber visto y experimentado el reino de Dios. La transfiguración 28. Ocho días después de decir estas palabras, Jesús llamó a Pedro, a Juan y a Santiago, y subió con ellos a la montaña para orar. 29. Mientras oraba, el aspecto de su rostro se hizo diferente, y su ropa se hizo blanca y resplandeciente. 30. De pronto, dos hombres conversaban con Él, eran Moisés y Elías La literatura rabínica, compuesta durante el período Intertestamentario, menciona que una de las señales para confirmar al Mesías, es la presencia de dos figuras conocidas: Elías y Moisés, ellos iban a acompañar al Mesías. Una de las funciones del Mesías, es la renovación y transformación de la Ley. La Ley representada por Moisés, y la reafirmación del profetismo, representado por Elías. El acompañamiento de Moisés y Elías al futuro Mesías, en este caso Jesús, reafirmaba la función jurídica y legal del Mesías y validándolo también como Profeta. ; 31. que también se veían llenos de resplandor, y hablaban de la muerte de Jesús, que se consumaría en Jerusalén. 32. Pedro y los que estaban con él tenían mucho sueño, y cuando se despertaron vieron la gloria de Jesús y de los dos hombres que estaban con Él. 33. Cuando Elías y Moisés se retiraban, Pedro dijo a Jesús: – Maestro, ¡Qué bien se siente estar aquí! Aprovechemos y hagamos tres cabañas, una para ti, una para Moisés y la otra para Elías. Pedro no sabía lo que decía. 34. Mientras Pedro decía estas cosas, apareció una nube y los envolvió con su sombra; los discípulos tuvieron mucho temor cuando entraron en la nube, por la profunda conciencia de la presencia de Dios. 35. Y desde la nube se escuchó una voz: – Este es mi Hijo Amado, el escogido, ¡Escúchenlo! Cita a Isaías 42:1. 36. Cuando la voz se detuvo, los discípulos se dieron cuenta de que Jesús estaba solo, y ellos mantuvieron esta experiencia en secreto por un tiempo. Jesús sana a un muchacho 37. Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, muchas personas buscaban a Jesús. 38. De pronto, un hombre de entre la multitud, clamó: – Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo; 39. y está sufriendo, un espíritu de enfermedad se apodera de él, y de repente él empieza a gritar, a convulsionar y a botar espuma por la boca, a veces los ataques duran por un buen tiempo, dejándolo muy quebrantado. 40. Le supliqué a tus discípulos que expulsaran este espíritu de enfermedad, y no pudieron. 41. Jesús respondió: – ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Y dijo al hombre: – ¡Tráeme a tu hijo! 42. Cuando el muchacho se acercaba, el espíritu de enfermedad lo atacó y empezó a convulsionar; pero Jesús reprendió al espíritu de enfermedad, sanó al muchacho y se lo entregó a su padre. Jesús anuncia por segunda vez su muerte 43. Todos estaban maravillados por la grandeza de Dios. En medio de tanta admiración por todo lo que Dios hacía, Jesús dijo a sus discípulos: 44. – Pongan mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres. 45. Pero ellos no entendieron lo que Jesús les dijo, porque el mensaje estaba envuelto en lenguaje misterioso y no lograron comprenderlo; pero tenían miedo de preguntarle qué quería decir. El más importante 46. Surgió una discusión entre los discípulos, sobre quién de ellos era el más importante. 47. Jesús, conociendo el tema de la discusión, y la intencionalidad de sus corazones, tomó a un niño, lo puso muy cerca de Él, 48. y declaró: – Todo el que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe; y todo el que me reciba, recibe al que me envió; porque el más pequeño entre ustedes este será el más importante. El que no está en contra, está a favor 49. Juan dijo: – Maestro, vimos a una persona que expulsaba demonios en tu nombre, y nosotros se lo prohibimos, porque no es parte de nuestro grupo. 50. Pero Jesús contestó: – No se lo prohíban, porque quien no está en contra de ustedes, realmente está a favor de ustedes. Camino hacia Jerusalén 51. Cuando se iban cumpliendo los días en que tendría que consumar su misión en la cruz, decididamente emprendió su viaje hacia Jerusalén. 52. Jesús envió a unos mensajeros, que se adelantasen a un pueblo samaritano, a fin de prepararles un lugar para hospedarse. 53. Pero los samaritanos no los recibieron porque iban hacia Jerusalén. 54. Al ver esto, sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: – Señor ¿quieres que le pidamos a Dios que mande fuego del cielo y destruya a estos samaritanos? 55. Jesús los miró y los regañó; 56. y se fueron a otro pueblo Algunas versiones presentan el versículo 56 de la siguiente manera: “porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.”, pero en los manuscritos más confiables, no se encuentra el versículo extendido, sino como lo hemos citado. .
Los que querían seguir a Jesús 57. Mientras iban caminando, uno le dijo a Jesús: – Te seguiré a dondequiera que vayas. 58. Jesús le respondió: – Las zorras tiene sus guaridas, y los pájaros tienen sus propios nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene donde descansar su cabeza. 59. Y Jesús le dijo a otro: – Sígueme. Pero él contestó: – Permíteme que primero vaya a sepultar a mi padre. 60. Jesús respondió: – Deja que los muertos sepulten a sus muertos, tú ve y anuncia el reino de Dios. 61. Otro dijo a Jesús: – Te seguiré Señor, pero primero permíteme despedirme de mi familia. 62. Jesús respondió: – Cualquiera que empieza a arar y mira hacia atrás, no está apto para el reino de Dios. |
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