Hechos Capítulo 13

INTRODUCCIÓN GENERAL

El libro de Hechos es la segunda parte de la fascinante obra lucana, compuesta de dos libros: Lucas y Hechos. En la cual el autor diseña un plan de salvación integral, con una actuación trinitaria muy marcada, donde el Dios Padre envía a Jesús para cumplir su obra objetiva de la salvación (Lucas), que es completada ahora por la obra subjetiva del Espíritu Santo (Hechos) en el interior de cada creyente, formando así una comunidad de testigos del Jesús Resucitado llenos del Espíritu, para transformar la realidad de este mundo injusto y expandir la ética del Reino de Dios hasta los confines de la tierra.

Lucas sigue con su teología narrativa muy detallista, Hechos no es un simple recuento del pasado, es un modelo, un paradigma, un horizonte, de qué y cómo es ser cristiano, de cómo se manifiesta el reino de Dios, y qué es vivir la experiencia de tener vida plena en el Espíritu Santo.

Un libro fenomenal, con muchas particularidades y riqueza redaccional, una estrategia literaria entretejida de discursos, diálogos e historias, con una fuerte motivación teológica, es decir, es muy intencional en cada palabra, es un proyecto de anuncio del mensaje que transforma toda la existencia humana. Por eso, les invitamos, a que, como destinatarios actuales, se dejen interpelar por su lectura; para potencializar esta experiencia, profundicemos un poco más sobre las características de la obra, y sus contextos.  

I. Características Generales de Hechos«

Es un libro pneumático, donde definitivamente el protagonista de la obra es el Espíritu Santo, incluso algunos eruditos lo llaman de “Hechos del Espíritu Santo”, es el cumplimiento de la promesa del derramamiento del Espíritu sobre toda carne, y narra la acción y manifestación de este Espíritu que se mueve, que transforma las mentes y corazones y obra poderosamente en la iglesia y a través de la iglesia, es el dinamismo de Dios, constantemente interviniendo en la historia, haciendo maravillas, sanando, consolando, guiando, exhortando, enseñando y capacitando. 

Es un libro pentecostal, y no necesariamente relacionado al movimiento o la corriente teológica pentecostal, que tiene su ethos y hermenéutica muy  fundamentada en el libro Hechos, pero es más profundo que eso, es una obra que nos explica esta pentecostalidad como principal característica de un cristiano, los movimientos carismáticos son como señales, pero la pentecostalidad logra la unidad gigantesca de todas las memorias de Cristo, y aquí en Hechos tenemos un tipo de narrativización que nos brinda un modelo de ser Iglesia en el mundo. Es la fuerza, el soplo del Espíritu que mueve a hombres y mujeres como señales de que otro mundo es posible, de otra propuesta de existencia factible, una señal del reino de la justicia de Dios. La pentecostalidad en Hechos es resaltada como un rescate de memorias preciosas, tesoros, a través de imágenes, de narrativas y de teología, nos enseña principios que, en poco más de treinta años de historia, esta comunidad aprendió, experimentó y vivenció; la Pentecostalidad es traducción de lo celestial a la realidad humana, la transcendencia que se hace posible en la vida inmanente.

La pentecostalidad de la iglesia no es huir de la realidad, es la capacidad de ser tomados por el Espíritu de forma personal y comunitaria, para que seamos ejemplo y probar que es posible un mundo transformado por la gloria de Dios, es esa casa en común, varias etnias distintas unidas por el poder de Dios, como expresa el texto es vislumbrar “μεγαλεῖα τοῦ θεοῦ”, es decir, “las maravillas de Dios” y Hechos trata de enseñarnos todo eso.

Es un libro discursivo, gran parte de su contenido teológico más profundo está plasmado es discursos (de Pedro, de Esteban, de Pablo, etc.), mediante discursos que transmiten fe, se recuerdan tradiciones, se formula cristología y soteriología, no se puede ignorar o leer a la ligera los discursos en Hechos porque ellos son muy pertinentes en la construcción dibujada por el autor.

Es un libro eclesial, que cuenta el nacimiento de la Iglesia, establece una tradición canónica para la iglesia primitiva, evidenciando el ideal eclesiológico lucano, que es tener un mismo sentir, estar unidos por un propósito, ser llenos del Espíritu, compartir, perseverar en la doctrina, en las oraciones, en la comunión y en el partir del pan. Presenta la eclesiología perfecta como fruto de la acción del Espíritu Santo.

Es un libro apostólico, en el sentido de dar a los apóstoles un papel protagónico, pero entendiendo el apostolado como una vocación para servir, más que solo un cargo jerárquico. Es una tradición apostólica petrina-paulina, o sea, resalta la figura de Pedro en la primera parte de la obra, como apóstol de los judíos, y luego la figura de Pablo como apóstol de los no judíos, sin dejar de lado la mención de otros apóstoles también.

Es un libro historiográfico, que el mismo autor afirma que estudió las cosas que sucedieron entre ellos, e hizo una teología de la historia, usó la narratividad con gran habilidad para transmitir un profundo paradigma de qué es ser testigo de Jesucristo Resucitado, ser parte del pueblo “del camino”, participar del plan salvífico de Dios en la historia humana, que tenemos que cambiar nuestra mirada frente a la historia y resignificar las memorias.

Es un libro intencional, el autor pensó muy minuciosamente cómo escribir su libro, seleccionó cuidadosamente el contenido, hizo una investigación seria, para que cada personaje, cada lugar, cada memoria, cada cita, cada detalle contribuya para su propósito evangelístico principal; el orden de los relatos y las repeticiones también es un factor peculiar de Hechos. Todo el libro es como una bella obra de arte. 

Es un libro geográfico, en toda la obra el autor dibuja todo el plan de salvación como un camino, la vida de fe como una trayectoria, dinámica, comprometida con la realidad y cada lugar geográfico es sumamente pensado, cada lugar mencionado tiene su trasfondo teológico, en Hechos hay un hermoso mapa evangelístico, iniciando en Jerusalén y alcanzando muchos pueblos y naciones y llegando hasta Roma, que representaba los confines de la tierra en ese entonces, por la centralidad política y geográfica. Es un libro que te conduce a un tremendo viaje, con muchas aventuras.

Es un libro continuado, por eso es importante leer la obra completa que inicia en el Evangelio de Lucas, para tener una apreciación global.

Es un libro poderoso, donde el “poder sobrenatural” está presente del inicio al fin, y sigue disponible para la Iglesia hoy.

 

II.  Teorías de Formación

Siempre dejando claro que las teorías de formación son sólo aproximaciones, no se trata de verdades absolutas, pero que dentro del ejercicio académico y basándose en la historia y en la tradición, se asume posturas de lo que se cree más acertado, dentro de diálogos que aún siguen abiertos.

Autor

Según la tradición, y no hay motivos contundentes para dudar, que se trata de Lucas, el Médico amado; inclusive algunos estudiosos hacen la observación de que él es más técnico para describir las enfermedades y que es muy interesado en la sanidad integral como característica fundamental del Reino de Dios. De acuerdo con la patrística, como por ejemplo Eusebio de Cesarea, defendía que su origen era de Antioquía, es decir, un gentil, de origen pagano convertido al judaísmo y al cristianismo.

Mucho de lo que se conoce sobre este personaje es de fuentes extrabíblicas y sujetas a poca historicidad, como la teoría de que era pintor, o las distintas versiones de su causa de muerte, no obstante, el texto en sí, habla mucho de la personalidad de su autor, el vocabulario, la forma que las memorias son usadas, y que a pesar de la posibilidad de ser de origen gentil, refleja su amplio conocimiento de la tradición judía, un manejo espectacular de la hermenéutica judía y de la literatura rabínica, un dominio excelente de la Septuaginta Griega, la fraseología, la manera como los términos aparecen, la construcción sintáctica de Hechos, las expresiones fonéticas, que nos va dibujando un perfil de este autor, dando paso a la posibilidad de hacer una relación con la teología paulina, o sea, no se descarta la teoría de que fue Lucas que anduvo con Pablo, y fue su compañero en algunos de sus viajes misioneros.

El Nuevo Testamento hace tres posibles menciones a este personaje: En Colosenses 4:14, que lo caracteriza como el médico amado; en 2 Timoteo 4:11, donde Lucas es presentado como el único amigo que está con Pablo en Roma y en Filemón 1:23-24, que incluye a Lucas como cooperador de Pablo.

 Fecha y Lugar

 La fecha siempre es una cuestión compleja y fluctuante, pero en esta versión se prefiere las teorías de una escritura más tardía, que la obra lucana fue escrita alrededor del 80 d.C.; el lugar también es bastante discutido, algunas teorías defienden que fue en Roma, otras en Éfeso, en la región de Asia Menor, todavía hay quien sostiene que fue en Macedonia, pero optaremos por la teoría que probablemente fue escrito en Antioquía, una ciudad cosmopolita que fue muy significativa en el cristianismo apostólico primitivo.

Lo que se sabe es que Hechos no tuvo muchos problemas en cuanto a su canonización y aceptación litúrgica y eclesiástica, las listas más antiguas, como el Códice Muratorio (170 d.C.) ya incluye la obra lucana; también en los escritos de los Padres de la Iglesia, Hechos goza de una gran autoridad y legitimidad canónica.

Destinatarios

En su prólogo, especifica que está destinado al excelentísimo Teófilo, un nombre de origen griego que significa alguien que ama a Dios, o amado por Dios debido a que se compone de dos raíces: 1. θεός (Teós), que traduce Dios y 2. φίλος (fílos) deriva del verbo φιλέω (fileo), significa amor sentimental o afectivo.

Sin embargo, no se sabe con certeza a quien exactamente se refería el autor con Teófilo, hay algunas teorías con respecto a este personaje, las más aceptadas es que era un funcionario romano de alto prestigio, ya que Lucas se refiere a él con la expresión formal “κράτιστε (krátiste), palabra griega que significa: excelentísimo, honorable, estimado. Es posible que Teófilo era un simpatizante del cristianismo por eso Lucas le dirige su obra con motivos apologéticos para que Teófilo conozca la historia de la fe cristiana; otra teoría muy conocida es que Teófilo era creyente y gozaba de mucha influencia romana. Lucas le escribe para que conozca más sobre los fundamentos de la fe cristiana y pueda defender el cristianismo ante la corte romana, además de ser un posible auspiciador de la investigación lucana; también hay la teoría de que Teófilo no necesariamente se refiere a una sola persona, sino a toda la comunidad amada por Dios o que ama a Dios, o sea, la comunidad cristiana; aquí nos inclinamos más a esta última, que el libro fue escrito a toda la comunidad cristiana, con énfasis gentil, que amaba a Dios.

Género literario

El género literario es un tema complejo en relación este libro, porque a pesar de que la tradición lo considera como el único libro “histórico” del Nuevo Testamento, no obstante, no podemos ignorar que los parámetros historiográficos del autor, en este tiempo antiguo no son pautados por la historicidad moderna, es más una teología de la historia, o una historia teológica muy significativa y pensada.

Algunas teorías, algo más atrevidas, pero no dejan de ser interesantes, presentan a Hechos como el “Evangelio del Espíritu Santo”, que obra en la vida de la iglesia, pero principalmente de los apóstoles, especialmente en Pedro y Pablo, pero que tiene muchas características literarias del género de Evangelio, considerando que Jesús sigue haciendo y estando a través del Espíritu y mediante sus testigos.

Propósito del Libro

El propósito es presentado luego en el prefacio de la obra, en los primeros versículos, el autor especifica cómo y porqué continúa escribiendo y que esta es una continuación. Además, tiene un objetivo de reafirmación de las verdades pedagógicas del cristianismo, para que los discípulos de Jesús tengan claro el testimonio por lo cual deben estar dispuestos hasta sacrificar sus propias vidas. Sin embargo, se considera como versículo clave Hechos 1:8 que resume todo el diseño y objetivo del libro y se complementa con Hechos 8:1 de las persecuciones y el cumplimiento de esta misión de la Iglesia de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura.

 

III. Bosquejo teológico del libro de Hechos

El bosquejo de Hechos presenta el cumplimiento del plan de salvación, posibilitado por la obra objetiva de Jesucristo, y activado por la obra subjetiva del Espíritu Santo, sigue con la idea de un camino, un mapa de evangelización, por eso su bosquejo es una progresión geográfica:

 1. Introducción (1:1-14)

Comienza con el prólogo, haciendo la conexión con Lucas, luego se narra un poco de la experiencia de los discípulos pasando un tiempo con el Jesús Resucitado, que sigue enseñando sobre el reino de Dios; Jesús les deja una instrucción muy clara que se queden en Jerusalén donde recibirán poder para ser testigos y su misión iniciaría en Jerusalén, Judea y hasta los confines de la tierra. Después Jesús es llevado al cielo en gloria, en una nube y los discípulos regresan a Jerusalén.

2. En Jerusalén (1:15-7)

Luego ocurre Pentecostés, el corazón del libro, algo extraordinario sucede, desde muchas dimensiones. Hechos hace un contraste entre los dos templos, el templo de Jerusalén y la Iglesia como templo de Dios. Con una importante exhortación sobre la santidad para ser templo de Dios, expresado por la trágica historia de Ananías y Safira. Surgen nuevos líderes en la Iglesia, que están dispuestos a testificar con su propia vida al Resucitado, como es el caso de Esteban, que fue arrestado, pero hace un poderoso discurso, rescatando toda la historia del Antiguo Testamento, sin embargo, los judíos no lo aceptaron e hicieron de Esteban el primer mártir del movimiento de Jesús (conocidos como los “Del Camino”), que demostró hasta la muerte qué significa tener la fe por identidad. Se empieza una fuerte persecución de los judíos hacia los cristianos, a tal punto que muchos empiezan a salir de Jerusalén, cumpliendo así, aunque indirectamente, la expansión del evangelio a otras partes del mundo, tal cual Jesús les había profetizado.

3. Judea y Samaria (8-12)

Motivados por la primera ola de persecución, la comunidad de los testigos del Resucitado se convierte en un movimiento multiétnico e internacional, tenemos la misión de Felipe en Samaria, que eran enemigos de los judíos, pero muchos aceptaron el Evangelio de Jesús; a continuación se presenta la experiencia radical de metanoia de Pablo de Tarso, que era un perseguidor obstinado del cristianismo, pero cuando tiene un encuentro personal con el Resucitado, resignifica toda su vida y se vuelve el más grande militante del kerigma apostólico de la resurrección de Cristo; tenemos también la visión de Pedro, abriendo el evangelio al mundo pagano, y la Iglesia de Antioquía.

4. Hasta los confines de la tierra (13-28)

En esta amplia sección acompañamos la gran aventura de los viajes misioneros de Pablo, como ejecución de la evangelización global, el Concilio de Jerusalén, las múltiples persecuciones judías, el nacimiento de varias iglesias, las dificultades enfrentadas por los apóstoles y discípulos, pero la resiliencia y la fuerza que el Espíritu brinda a los creyentes para seguir avanzando en victoria y creciendo en gracia, en conocimiento y en fe.

Estructura según la TCB

Prólogo (1:1-2)

Promesa del Espíritu Santo (1:3-5)

Ascensión de Jesús (1:6-11)

Regresando a Jerusalén (1:12-14)

Reemplazo de Judas (1:15- 26)

Pentecostés (2:1-13)

Primer discurso apostólico (2:14- 40)

La comunidad de los creyentes (2:41- 47)

Sanidad de un paralítico (3:1-11)

El discurso de Pedro (3:12- 26)

Pedro y Juan ante el Sanedrín (4:1-22)

La oración de la comunidad (4:23- 31)

Vida en comunidad (4:32-37)

Ananías y Safira (5:1-11)

Dios hace señales a través de los apóstoles (5:12-16)

Persecución (5:17- 42)

Elección de los siete servidores (6:1-7)

Arresto de Esteban (6:8-14)

El discurso de Esteban (7:1-53)

Muerte de Esteban (7:54- 8:1a)

La iglesia perseguida y dispersa (8:1b-4)

Felipe en Samaria (8:5-13)

Pedro y Juan viajan a Samaria (8:14-25)

Felipe y el etíope (8:26-40)

Experiencia de Saulo (9:1-19)

Saulo predica en Damasco (9:20-22)

Saulo es perseguido por los judíos (9:23-25)

Saulo en Jerusalén (9:26-31)

La sanidad Eneas (9:31-35)

La resurrección de Dorcas (9:36-43)

Pedro y Cornelio (10:1-8)

La visión de Pedro (10:9-23)

Pedro en casa de Cornelio (10:24-48)

Informe de Pedro a la iglesia de Jerusalén (11:1-19)

La Iglesia en Antioquía (11:19-30)

Santiago asesinado y Pedro encarcelado (12:1-5)

Pedro es liberado de la cárcel (12:6-19)

Muerte de Herodes (12:20- 25)

Misión de Bernabé y Saulo: su primer viaje misionero (13:1-3)

Bernabé y Saulo en Chipre (13:4-12)

Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia (13:13-52)

Pablo y Bernabé en Iconio (14:1-7)

Problemas en Listra y evangelización en Derbe (14:8-23)

El regreso a Antioquía de Siria (14:24-28)

Concilio de Jerusalén (15:1-21)

La carta (15:22-35)

Pablo y Bernabé se separan: Segundo viaje misionero (15:36-41)

Timoteo acompaña a Pablo y a Silas (16:1-8)

Visión de Pablo (16:9-10)

Conversión de Lidia (16:11- 15)

Pablo y Silas en la cárcel (16:16-40)

Alboroto en Tesalónica (17:1-9)

Pablo y Silas en Berea (17:10-15)

Pablo en Atenas (17:16-34)

Pablo en Corinto (18:1-17)

Pablo regresa a Antioquía y luego emprende su tercer viaje misionero (18:18-23)

Priscila, Áquila y Apolos (18:24-28)

Pablo en Éfeso (19:1-10)

Los exorcistas y los hechiceros (19:11-22)

Problemas en Éfeso (19:23-40)

Pablo en Macedonia y Grecia (20:1-6)

Visita de Pablo a Troas (20:7-12)

Viaje desde Troas a Mileto (20:13-16)

Discurso de despedida de Pablo en Mileto (20:17-38)

Viaje de Pablo a Jerusalén (21:1-16)

Llegada de Pablo a Jerusalén (21:17-26)

Arresto de Pablo (21:27- 39)

Discurso de Pablo en Jerusalén y su testimonio (21:40- 22:21)

Pablo apela a la ciudadanía romana (22:22- 30)

Pablo ante el Sanedrín (23:1-11)

Plan para matar a Pablo (23:12-22)

Trasladan a Pablo a Cesarea (23:23-35)

Defensa de Pablo ante el gobernador (24:1-27)

Pablo apela al emperador (25:1-12)

Pablo ante el rey Agripa (25:13-27)

Discurso de defensa de Pablo ante el rey Agripa (26:1-32)

Pablo es enviado a Roma (27:1-12)

La tempestad (27:13-38)

El naufragio (27:39-44)

Pablo en la isla de Malta (28:1-10)

Pablo viaja a Roma (28:11-14)

Pablo en Roma (28:15-31)

Sobre la portada

Obra: Columnas de la fe 

Medidas: 8” x 10” 

Material: Dibujo a bolígrafo y lápiz de colores 

Pensado y dibujado en base a Hechos 2: 1-3 “En Pentecostés, cuando se cumplió el día que el Espíritu Santo iba a llenar el interior de los creyentes con la obra de Cristo, toda la Iglesia estaba reunida en un mismo lugar. 2. De repente, llegó del cielo un gran ruido, como un soplo fuerte, que llenó toda la casa donde estaban sentados; 3. y experimentaron lenguas como de fuego, que fueron distribuidas y reposaron sobre cada uno de ellos.”

Los puntos representados en el dibujo significan las multitudes de personas a través de los siglos llevadas de esa misma experiencia, la espera de esas personas por la promesa se convierte en baluartes de nuestra fe, las líneas entrecruzadas en un mismo patrón representan los obstáculos y el centro el momento de recibir la experiencia de hablar nuevas lenguas y sentimiento de sentir el

fuego del Espíritu de Dios. La Biblia en la parte de abajo se abre dando a entender que la lectura resalta ese momento para que quede como evidencia a las nuevas generaciones. Páginas abiertas y mostrando el momento especial que es la columna de la iglesia, el poder de Dios. 


Capítulo 13
 
Misión de Bernabé y Saulo: su primer viaje misionero

13:1. Había en la Iglesia de Antioquía de Siria, profetas y maestros: Bernabé, Simeón conocido como el Negro, Lucio el Cireneo, Manaén, que había sido criado con Herodes el tetrarca y Saulo.
2. Ellos estaban en un culto de adoración para el Señor, y mientras estaban ayunando, el Espíritu Santo dijo:
– Apártenme a Bernabé y a Saulo para la misión que les he encomendado.
3. Entonces, después de ayunar y orar, le impusieron las manos a Bernabé y a Saulo, y los despidieron.  
Bernabé y Saulo en Chipre

4. Así que, enviados por el Espíritu Santo, Bernabé y Saulo llegaron a Seleucia y de ahí navegaron a la isla de Chipre.
5. Cuando llegaron al puerto de Salamina, anunciaban la Palabra de Dios en las sinagogas judías, y tenían a Juan Marcos como ayudante.
6. Atravesaron toda la isla, hasta llegar al puerto de Pafos, donde encontraron a un hombre judío conocido como Barjesús, que era brujo y falso profeta,
7. quien siempre estaba cerca del gobernador Sergio Paulo. El gobernador era un hombre inteligente e invitó a Bernabé y a Saulo que vinieran porque quería escuchar la Palabra de Dios;
8. pero Barjesús, que en griego era llamado Elimas, se oponía, porque trataba de impedir que el gobernador tuviera fe en Cristo.
9. Saulo, que en griego era llamado Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijó sus ojos en el brujo y dijo:
10. – ¡Oh, Hijo del diablo! Estás lleno de engaños y mentiras, eres enemigo de la justicia, ¿No te cansas de tergiversar los caminos rectos del Señor?
11. Ahora la mano del Señor te castigará, y quedarás ciego, y por un tiempo no verás ni la luz del sol.  Al instante quedó ciego, todo se volvió oscuridad para él, caminaba perdido, y empezó a buscar a alguien que lo guiara de la mano.
12. Entonces, el gobernador viendo lo sucedido, creyó en Jesucristo; estaba admirado por la enseñanza del Señor.  
Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia

13. Pablo, Bernabé y Juan Marcos, salieron de Pafos en un barco y llegaron a Perge, de Panfilia; pero Juan Marcos, abandonó a sus compañeros y regresó a Jerusalén.
14.  Ellos, pasando desde Perge, viajaron hasta Antioquía de Pisidia, allá fueron a la sinagoga el sábado y se sentaron.
15. Después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les pidieron a ellos:
– Hermanos, si ustedes tienen alguna palabra de ánimo que puede ayudar el pueblo, díganla.
16. Pablo se levantó e hizo una señal con la mano pidiendo silencio, y dijo:
– Hombres israelitas, y todos ustedes los que aman a Dios y buscan obedecerlo, escúchenme.
17. El Dios de Israel, escogió a nuestros antepasados y engrandeció al pueblo cuando estaban como extranjeros en la tierra de Egipto, con gran poder los sacó de aquella tierra.
18. Y por un tiempo, como de cuarenta años, Dios soportó al pueblo en el desierto;
19. y destruyó a siete naciones en la tierra de Canaán, y les dio esta tierra como herencia a nuestros antepasados.
20. Todo esto sucedió en un periodo de cuatrocientos cincuenta años; Dios levantó jueces, para liderar el pueblo hasta el tiempo del profeta Samuel. 
21. Después pidieron rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Kis, hombre de la tribu de Benjamín, que reinó por cuarenta años.
22. Dios destituyó a Saúl y levantó a David como rey, de quien dijo dando testimonio:
“He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él hará mi voluntad.”
23. De David, según la promesa, Dios levantó a Jesús, quien era descendiente de David, para ser el Salvador de Israel.
24. Antes de la venida de Jesús, vino Juan el Bautista, predicando un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.
25. Al final de su ministerio, Juan decía:
– “¿Quién creen ustedes que soy yo? Yo no soy el Mesías, pues él viene después de mí, y no soy digno ni de desatarle sus sandalias”.
26. Hermanos, descendientes de Abraham, y todos ustedes que aman y temen a Dios; a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación.
27. Los que habitan en Jerusalén, junto con sus gobernantes, no reconocieron a Jesús, no entendieron las palabras de los profetas, aunque los leían cada sábado, no obstante, sin darse cuenta, cumplieron las Escrituras condenándolo a la crucifixión.
28. Y no encontraron ningún motivo para matarlo, y, aun así, le pidieron a Pilatos que lo ejecutara.
29. Y cuando cumplieron con todas las cosas, que se habían escrito sobre Él, lo bajaron del madero, y lo colocaron en una tumba.
30. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
31. Y el mismo Jesús Resucitado se apareció durante muchos días a los que subieron con Él, desde Galilea hasta Jerusalén, y ahora ellos son testigos de Jesús ante el pueblo.
32. Y nosotros les predicamos a ustedes esta buena noticia que transforma toda la existencia humana:
la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados,
33. Dios la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el Salmo 2:
“Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado”
Cita a Salmo 2:7.

34. Dios lo resucitó para cumplir con lo que ya había anunciado, que no dejaría que el cuerpo de Jesús se descompusiera en la tumba. Así lo había dicho:
“Yo les daré las bendiciones santas y seguras prometidas a David”
Cita a Isaías 55:3.

35. También hay otro Salmo que lo confirma: “Tú no dejarás que tu Santo se descomponga en la tumba”
Cita a Salmo 16:10.

36. David, a la verdad, sirvió a su propia generación, cumpliendo la voluntad de Dios, después murió y se reunió con sus padres, pero él sí vio la descomposición de su carne.
37. Pero a Jesús, Dios lo resucitó, y Él no vio la descomposición de su carne.
38. Hermanos, ustedes deben conocer que por medio de Jesús es anunciado el perdón de pecados, y a través de la Ley de Moisés no lograron ser justificados;
39. pero todo el que cree en Jesús, es justificado.
40. Pero tengan cuidado, para que no les pase a ustedes lo que los profetas dijeron que pasaría:
41.“¡Miren, ustedes que dudan!
 Asómbrense y desaparezcan.
 Porque en su tiempo,
 yo haré algo que ustedes no creerán
 aun cuando alguien se los explique”
Cita a Habacuc 1:5. 

42. Cuando salieron de la sinagoga, le rogaron a Pablo y a Bernabé que regresaran el siguiente sábado, para que siguieran enseñándoles sobre la Palabra.
43. Cuando se terminó la reunión en la sinagoga, muchos de los judíos y de los convertidos al judaísmo, que eran devotos, siguieron a Pablo y a Bernabé, y ellos convencían a sus seguidores que continuaran en la gracia de Dios, que es vivir la vida de Dios en Cristo.
44. Al siguiente sábado casi toda la ciudad se reunió para escuchar la Palabra de Dios.
45. Pero los judíos, cuando vieron las multitudes, se llenaron de celos y envidia, y contradecían todo lo que decía Pablo, y le insultaban.
46. Entonces, Pablo y Bernabé que hablaban con mucha sinceridad, dijeron a los judíos:  
– Era necesario que la Palabra de Dios se les predicara primero a ustedes, pero como ustedes no están haciendo caso, critican, y no se consideran dignos de tener la vida eterna, entonces ahora iremos a los que no son judíos.
47. Porque el Señor nos ha ordenado: “Te he hecho luz de las naciones, para que hagas llegar mi salvación hasta los lugares más remotos de la tierra.”
Cita a Isaías 49:6.

48. Los que no eran judíos escuchaban con alegría la Palabra del Señor, y los que estaban dispuestos a vivir la vida eterna, creyeron.
49. Y la Palabra del Señor era difundida por toda la región.
50. Pero los judíos persuadieron a las mujeres piadosas y distinguidas y también a los gobernantes de la ciudad, para que se pusieran en contra de Pablo y de Bernabé, y provocaron una persecución contra ellos, los maltrataron y los expulsaron de la región.
51. Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra sus perseguidores, y se fueron a Iconio. 
52. Y los discípulos esteban llenos de felicidad y del Espíritu Santo.  
  


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