Apocalipsis Capítulo 5


Capítulo 5

El Cordero y el rollo

5:1. En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un libro enrollado
Βιβλίον (biblíon) sustantivo neutro, segunda declinación, segunda sección, en caso acusativo singular, traduce: al rollo, al libro. El nominativo βιβλίον significa rollo, libro, carta, pergamino. Para el tiempo de Juan, la manera más común en la presentación de un escrito o documento era un libro enrollado. Las hojas de papiro o de cuero se cosían en un extremo y se enrollaba para ser manejado con facilidad. Se cerraba y sellaba el rollo con piezas de cera que se ponían en el borde externo del rollo. El versículo dice “siete sellos” indicaría que no era fácil ni posible abrir el rollo. El significado de la referencia “libro” ha sido discutido por muchos a lo largo de la historia, entre algunas teorías se encuentran las siguientes: 1. El libro hace referencia a las Sagradas Escrituras judías en alusión a 2 Corintios 3:14, y Jesús es el único que revela y cumple las promesas antiguas; actualmente la teoría más aceptada entre los exégetas es la siguiente, 2. El libro representa la historia universal, para Juan ese libro misterioso complica la situación tremendamente. El rollo plantea el problema básico que está presente ¿Tiene sentido la historia? ¿Cómo encontrarlo? ¿Cómo mantener la esperanza bajo circunstancias aparentemente imposibles en la vida? El mensaje del Apocalipsis ofrece una respuesta inconfundible, sin reservas y novedosa; sólo el Cordero está capacitado para desentrañar la lógica última del proceso histórico.  
escrito por ambos lados y sellado con siete sellos.
2.También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: ¿Quién es digno de desatar los sellos y abrir el libro?
3. Pero no había nadie ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, que fuera capaz de abrirlo ni de mirarlo.
4. Yo lloraba mucho porque no se había encontrado a nadie que fuera digno de abrir el libro ni de mirarlo.
5. Entonces uno de los ancianos me dijo: – ¡No llores más! Mira, que el León de la tribu de Judá,el descendiente de David
Juan cita los títulos que se le dan al Mesías, “León de la tribu de Judá”, “el descendiente de David”, “Raíz de David” (Génesis 49:9-10 y Isaías 11:1-10). En la Cristología apocalíptica, el autor va a dejar muy claro que Jesús es el Mesías. El reinado mesiánico de Jesús ya es una realidad.  
, venció. Él puede romper los siete sellos y abrir el libro.
 6. Entonces vi en medio de los cuatro seres vivientes, del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por .toda la tierra
ἀρνίον (arníon) sustantivo neutro, segunda declinación, segunda sección, en caso nominativo, singular, que traduce: el Cordero; cita en la que se encuentra la visión más importante de todo Apocalipsis, aparece Jesucristo como el Cordero, dignificado (en medio del trono), Resucitado (de pie), muerto (parecía sacrificado). Juan en su visión hubiera esperado ver al león ya mencionado, pero, su sorpresa fue encontrar algo totalmente distinto ¡un Cordero! El versículo muestra uno de los momentos más excepcionales y sublimes de todo el Apocalipsis. Un cambio de símbolo, Juan sustituye al león por el cordero. Se nota un marcado contraste entre los títulos «León de Judá» y «Raíz de David», mencionados en el v. 4, títulos con un fuerte trasfondo judío; sin embargo, el título «Cordero» no aparece en el judaísmo y tampoco se usa como designación mesiánica, de esta forma, cuando se menciona al Cordero inmolado, se usa un lenguaje de tinte cristiano, porque esta figura del cristianismo primitivo no estaba dentro de las figuras en el mesianismo judío. A partir de este capítulo, la figura del Cordero será la designación más frecuente, típica y significativa con la que se mencionará a Jesús en el Apocalipsis, Él es el protagonista del libro. El término «Cordero» es mucho más que un símbolo abstracto, no indica un animalito manso e inocente. Juan hace una relectura cristológica, un recuerdo histórico, a pesar del dramático contraste entre el león (5:5) y el cordero (5:6), porque cordero no indica débil o servil. Es todo lo contrario, los símbolos con los cuales se describe posteriormente, resaltan el significado: siete cuernos y siete ojos, el número siete simboliza perfección, plenitud. El cuerno, otro símbolo muy común en la Biblia, mencionado para referir poder, honor, fuerza en el reinado y la dinastía. Los ojos, símbolo natural para la percepción, conocimiento y sabiduría, un conocimiento pleno. Ante esto, el Cordero tiene todo el poder, toda la sabiduría, es omnipotente y omnisciente, al mismo tiempo está lleno del Espíritu (siete ojos) y derrama sobre la tierra su Espíritu. Al igual como el que está sentado en el trono, Jesús es entronizado y es digno de recibir toda la adoración.  

7. Entonces el Cordero se acercó al que estaba sentado en el trono y tomó el libro de su mano derecha.
8. Y cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo de Dios.
9. Y cantan un nuevo cántico: “Digno eres de recibir el libro y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado,     y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación.
10. Los hiciste un reino y sacerdotes para nuestro Dios; ellos reinarán sobre la tierra”.
11. Luego vi y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos; el número de ellos era millones de millones y millares de millares.
12. Diciendo con alta voz y todas sus fuerzas: “¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!”.
13. Y oí a toda criatura que hay en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: “¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!”.
14.  Los cuatro seres vivientes exclamaban: “¡Amén!”, mientras los ancianos se postraron y adoraron.  
  


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