Juan Capítulo 1
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Títulos:
Prólogo: La Palabra de vida
Juan el bautista da testimonio del Mesías
Jesús, el Cordero de Dios
Los primeros discípulos de Jesús
Jesús llama a Felipe y a Natanael
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Introducción INTRODUCCIÓN GENERAL El Evangelio de Juan es uno de los libros más populares e importantes de la Biblia, una teología de la vida y ministerio de nuestro Señor Jesucristo, una obra fascinante sobre el misterio de la encarnación, desde la perspectiva de testigos que lo legitimaron con sus propias vidas, un mensaje que fue atentamente oído, visto y experimentado, y nos fue anunciado, en un griego ático muy fino, con una extensión de 21 capítulos considerablemente impares. Juan se destaca principalmente por ser un Evangelio peculiar, diferente de los 3 primeros Evangelios sinópticos del Nuevo Testamento. I. Características Generales del Evangelio de Juan Es un evangelio apologético, defiende el cristianismo frente a herejías que estaban surgiendo, como eran el docetismo, ebionismo, y principalmente el gnosticismo de Cerinto, en Éfeso. La iglesia primitiva vivió una amenaza frente el gnosticismo, una corriente filosófica que existió desde antes del cristianismo, con influencias de la cultura babilónica y griega. Uno de los puntos que el gnosticismo defendía era el dualismo radical, lucha extrema entre el bien y el mal, una oposición entre un mundo imperfecto material y un mundo perfecto abstracto ideal, poniendo en tela de juicio la doble naturaleza y la encarnación de Jesucristo. El término viene de “γνῶσις” (gnosis) que significa “conocer por intimidad”; creían que a través del intelecto se podía trasladar al mundo perfecto y encontrar la salvación por medio del conocimiento; esta herejía se extendió en Éfeso y Juan luchó contra esto. Uno de los más grande maestros gnósticos de Éfeso fue Cerinto, quien concibió que “lo único real era la parte espiritual de Cristo, que la parte humana fue una posesión temporaria nada más, pues Jesucristo divino no podía tener parte humana, si no sería imperfecto”. Por esto Juan defendió la doble naturaleza de Cristo. También estableció la diferenciación de dos figuras, la de Juan el Bautista con la del Mesías. En Éfeso, Jerusalén y Judea hubo una confusión, dos escuelas: la de los discípulos de Juan el Bautista y los discípulos de Cristo. Los discípulos de Juan el Bautista lo presentaban como el Mesías y viceversa; por ello Juan aclara la diferencia entre ambos. Es un evangelio testimonial, debido a que Juan resalta la importancia de los testimonios de los personajes que dialogaron con Jesús (Nicodemo, Nataniel, Martha y María), en cada diálogo se va presentando un testimonio de la fe en Jesús. Es un evangelio estructurado, sigue un bosquejo claro y ordenado, un evangelio estructurado desde las emociones. Juan usa mucho las fiestas judías para cristianizar sus sentidos teológicos, así como también utiliza muchas alegorías.
Es un evangelio selectivo, el autor pensó muy bien cómo escribir su obra, seleccionó minuciosamente el contenido, hizo una teología y una Cristología reflexiva, una visión selectiva de Cristo, eligió el material para que cada detalle cumpliera un objetivo teológico, por ejemplo, escogió 7 milagros que no se repiten entre sí, en cada señal milagrosa resalta un aspecto de Jesús y tiene una enseñanza, estas características responden a una visión de la filosofía griega; también selecciona diálogos entre Jesús y otros interlocutores, muy particulares y con gran riqueza de significado, pues resaltan un aspecto de Jesús en su plan salvífico; además selecciona
los lugares específicos, haciendo un libro geográficamente estructurado.
Prólogo: La Palabra de vida 1. Donde no había principio ἀρχῇ (arjé) Sustantivo femenino, primera declinación, tercera sección, caso dativo singular, viene del nominativo ἀρχή (arjé) y se traduce como “principio”. Adquiere diversos sentidos de acuerdo al dialecto griego en que se usa. En el griego clásico, el dialecto más común en la literatura es el ático. En este dialecto, la palabra ἀρχῇ desde un sentido filosófico, expresa una causa infinita, un acto puro, el primer motor inmóvil que originó todas las cosas, pero esta causa infinita, este primer motor inmóvil no fue creado, ni originado por nadie, ni nada. Aristóteles en su metafísica emplea mucho esta palabra para describir el motor inmóvil o causa infinita, cuando se refiere al origen del cosmos, es decir, el comienzo de las cosas. Por lo cual, la traducción más apropiada del término sería “sin principio”. De tal modo, la traducción correcta de Juan 1:1 y 1 Juan 1:1 sería “En el sin principio…” Arjé en el dialecto jónico significa “comienzo, principio” y es la definición más común. Por ejemplo, Marcos en su evangelio utiliza la palabra arjé en sentido jónico “Principio del Evangelio…” (Mr. 1:1) era la Palabra de vida λόγος (lógos) Sustantivo masculino, segunda declinación, primera sección, caso nominativo singular, traduce: verbo, la inteligencia del mundo, la razón del cosmos, palabra viva. En la filosofía presocrática y otras escuelas griegas, entendieron que el logos era el principio racional del cosmos, la ley natural viva. Pensamiento con mayor énfasis en la filosofía de Platón y Aristóteles, ellos concebían la naturaleza como materia, creían que en ella había un principio de vida que permitía el crecimiento y desarrollo de la misma; este principio vivo de la naturaleza, algunos lo llamaron ley natural, otros lo denominaron la inteligencia del universo y, otros como la razón del mundo. De ahí que el logos griego es el principio fundamental de la creación y sustento del cosmos, es la expresión máxima de la vida en el cosmos. Juan toma este pensamiento griego, expresado en la literatura clásica filosófica sobre el sustento y la razón del cosmos, él dice en su evangelio que el logos es Jesucristo. Él es el fundamento de la creación, el logos griego, lo eleva a la máxima expresión, es la palabra viva y transformadora. En los diccionarios griegos, por lo general, el término logos se traduce como palabra, verbo, traducción que no amplía la riqueza de significado que tiene. En la literatura griega y en Juan, el logos significa acción, vida, dinamicidad, razón. Juan utiliza el término para expresar que Jesucristo es la acción de Dios. la palabra de vida está con Dios y Dios es la Palabra de vida. 2. La Palabra de vida siempre existió, antes del principio, y es Dios. 3. Toda la creación a través de Jesucristo tuvo origen e identidad ἐγένετο (egéneto) verbo voz media, modo indicativo, tempo aoristo, tercera persona del singular, traduce: se llegó a ser. La raíz del verbo es γίνομαι (gínomai), significa llegar a ser. Algunas versiones suelen traducirlo como hacer. El verbo ποιέω (poiéo), significa hacer, practicar, prestar. Sin embargo, si el autor quisiera enfatizar el “hacer” hubiera usado el verbo poiéo. Juan emplea el verbo γίνομαι (gínomai), sinónimo de otra palabra griega JUAN que significa ser, estar, existir, es el verbo εἰμί (eimí). Juan al usar el verbo Ser, está otorgando a la creación un rango superior, idea que no transmite el término hacer; de esta manera, el evangelista eleva la creación a una identidad en Cristo Jesús. La creación, el cosmos no solo es un conjunto de cosas hechas, sino que es la expresión original del amor de Dios en Cristo hacia lo creado. El apóstol Pablo también entendió profundamente esta dinámica, para él, la creación es parte de la redención, es una expresión de la identidad de Dios en Cristo. , y sin Cristo nada existiría, nada tendría identidad ni razón de ser. 4. En Cristo estaba la vida plena, esta vida es la luz de la humanidad. 5. La luz brilló en la oscuridad, y la oscuridad no recibió a la luz. 6. Existió un hombre, enviado de parte de Dios, cuyo nombre era Juan. 7. Juan el bautista vino para testificar, su testimonio era sobre la luz que es Cristo, para que todos creyesen a través de este testimonio. 8. Él no era la luz, sino que él vino para testificar acerca de ella. 9. Cristo es la luz verdadera, que ilumina a la humanidad, y está viniendo al mundo. 10. Cristo estaba en el mundo, el mundo tuvo origen e identidad por Él, pero el mundo no lo conoció íntimamente. 11. Él vino por su creación, pero su pueblo no lo recibió. 12. Pero a todo aquel que le recibió, que cree y tiene una fe por identidad en su nombre, les dio la autoridad de ser hijos de Dios; 13. no procedentes de sangre, ni por voluntad de la carne, ni por voluntad de hombre, sino que fueron engendrados por voluntad divina. 14. Y la Palabra de vida se encarnó y plantó su tabernáculo en nosotros, y hemos contemplado su gloria, la gloria del Unigénito que procede del Padre, lleno de gracia y de verdad. 15. Juan el bautista ha testificado acerca de Cristo, y ha gritado diciendo “Él es de quien yo profeticé: Él viene después de mí, pero siempre fue primero que yo, porque existía antes que yo”. 16. Porque todos nosotros recibimos la llenura de Dios de manera plena, que es gracia por gracia. 17. A través de Moisés fue dada la ley, pero a través de Jesucristo fue dada la gracia y la verdad. 18. A Dios nadie lo ha visto jamás; es a través de Jesucristo que Dios se nos dio a conocer. Juan el bautista da testimonio del Mesías 19. Este es el testimonio de Juan el bautista, cuando los judíos enviaron a sacerdotes y a levitas desde Jerusalén, con el propósito de que interrogasen a Juan preguntándole: – ¿Tú quién eres?, 20. Él respondió: – Yo no soy el Mesías. 21. Y le preguntaron nuevamente:- Entonces, ¿quién eres?; ¿Acaso eres Elías?- No soy Elías, respondió Juan. También le preguntaron: – ¿Acaso eres el profeta?Y él respondió una vez más: – No lo soy. 22. Le volvieron a preguntar: – Realmente, ¿quién eres?, necesitamos la respuesta para los que nos enviaron; ¿Cómo te concibes a ti mismo? 23. Respondió: – Yo soy una voz que grita en el desierto: Arrepiéntanse y vuelvan al camino del Señor; conforme dijo el profeta Isaías. 24. Entonces, los enviados del grupo de los fariseos, 25. también le interrogaron: – Si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta, entonces, ¿por qué bautizas? 26. Respondió Juan: – Yo bautizo con agua; pero en medio de ustedes está alguien que aún no conocen; 27. Él viene después de mí, y yo no soy digno ni de desatar la correa de su sandalia. 28. Estas cosas sucedieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Jesús, el Cordero de Dios 29. Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!; 30. a Él me refería cuando dije: Después de mí viene un hombre que es más importante que yo, porque existía antes de mí. 31. Yo no lo conocía, pero yo vine primero para preparar su camino, para que Él se revelara a Israel, y por esta razón yo empecé a bautizar con agua. 32. Juan también agregó a su testimonio diciendo:- He visto al Espíritu Santo descendiendo del cielo en forma de paloma, y permaneció en Él. 33. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: – Cuando tú veas que el Espíritu descienda y pose sobre Él, este es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34. Yo lo vi, lo viví y testifiqué que Él es el hijo de Dios. Los primeros discípulos de Jesús 35. Al día siguiente, Juan estaba con dos de sus discípulos; 36. y viendo a Jesús caminando, dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios! 37. Y los dos discípulos de Juan escucharon lo que se hablaba de Jesús y le siguieron. 38. Dándose la vuelta Jesús y viendo que lo seguían, les dijo: – ¿Ustedes que buscan? Entonces los dos discípulos le respondieron: – Rabí (que traducido significa maestro), ¿dónde vives? 39. Jesús les dijo:- Vengan y verán. Entonces ellos vinieron y vieron dónde vivía Jesús, y permanecieron con Él todo el día; eran las cuatro de la tarde. 40. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que seguía a Juan y ahora seguía a Jesús. 41. Andrés encontró a su hermano Simón Pedro y le dijo: – Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). 42. Andrés llevó a Simón ante Jesús, y mirándolo, Jesús le dijo: – Tú eres Simón el hijo de Juan, ahora tú te llamarás Cefas (que traducido es Pedro). Jesús llama a Felipe y a Natanael 43. Al día siguiente, Jesús quiso salir hacia Galilea, encontró a Felipe y le dijo: – Sígueme. 44. Felipe era de Betsaida, la misma ciudad de Andrés y Pedro. 45. Felipe encuentra a Natanael y le dice: – Hemos hallado de quien Moisés y los profetas escribieron, a Jesús hijo de José originario de Nazaret. 46. Y le dice Natanael: – ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe contesta: – Ven y observa. 47. Cuando Jesús vio que Natanael venía, le dijo: – ¡He aquí un verdadero israelita, en quien no existe el engaño! 48. Entonces Natanael le dijo a Jesús: – ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús: – Antes que Felipe te llamara, te vi debajo de la higuera. 49. Natanael le respondió: – Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, eres el rey de Israel. 50. Jesús le contestó: – ¿Solo porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Mayores cosas que estas verás. 51. Jesús continuó diciendo: – De cierto, de cierto les digo: Que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre. |
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