Juan Capítulo 20

Introducción

INTRODUCCIÓN GENERAL

V. Sobre la portada

Obra: Milagros, sacrificio y resurrección. Medio: Acuarela y bolígrafo
Medidas: 7” x 10”
2022

El contenido de este arte desarrolla lo más impactante del libro de Juan en lo doctrinal, escatológico y práctico. Lo primero que veremos es la tinaja de piedra, representando el primer milagro de Jesús.
La mano y sangre representan el verso que habla sobre el sacrificio mayor, de tal manera amó Dios al mundo, con el amor sacrificial que entregó a su Hijo. La paloma la aceptación del Padre, el ojo es el símbolo que representa el milagro de dar vista a los ciegos en representación también a nuestra vista espiritual.

La Silueta de Jesús es el motivo de nuestra fe, la resurrección, al otro extremo vemos unos puntos azules representando la escatología, en la parte de abajo vemos una corona con pie humano, son los pasos de Jesús en la tierra proclamando el Reino de Dios.


Capítulo 20

La resurrección de Jesús
1. El domingo, de madrugada, aún estaba oscuro, María Magdalena vino al sepulcro donde enterraron a Jesús, y vio que habían quitado la piedra de la entrada.
2. Ella corrió y fue a donde Simón Pedro y al discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo:
– Se llevaron el cuerpo del Señor del sepulcro, y no sabemos dónde lo pusieron.
3. Entonces, salieron Pedro y el otro discípulo y llegaron al sepulcro.
4. Al comienzo los dos corrían juntos; pero el discípulo amado corrió más rápido que Pedro, y llegó primero;
5. e inclinándose a mirar, vio las vendas ordenadas, sin embargo, no entró.
6. En poco tiempo llegó Simón Pedro y entró al sepulcro; y vio las vendas ordenadas,
7.y el pañuelo que cubría la cabeza de Jesús no estaba con las vendas, sino que estaba enrollado y en otro lugar.
8. Entonces, entró también el discípulo amado, el que llegó primero al sepulcro, y vio y creyó.
9. Porque aún no habían entendido las Escrituras, que era necesario que resucitase de entre los muertos.
10. Los discípulos se fueron a sus casas.
Jesús se aparece a María Magdalena
11. María, estaba de pie afuera, junto al sepulcro llorando; mientras lloraba, se inclinó para mirar adentro del sepulcro;
12. y vio a dos ángeles con ropas blancas, sentados, uno en la cabecera y el otro en los pies, donde había sido puesto el cuerpo de Jesús,
13. y los ángeles le dijeron:
– ¡Mujer!, ¿Por qué lloras? Ella respondió:
– Porque se llevaron el cuerpo de mi Señor, y no sé dónde lo colocaron.
14. Cuando dijo estas palabras, se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no lo reconoció.
15. Le dijo Jesús:
– ¡Mujer! ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?
Ella pensó que él era el que cuidaba el huerto, y le dijo:
– ¡Señor!, si tú te lo llevaste, dime dónde lo pusiste, para llevármelo.
16. Jesús le contestó:
– ¡María!
Ella se dio la vuelta y le dijo:
– ¡Maestro!
17. Jesús dijo:
– No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero anda donde mis hermanos y diles que subo a mi Padre, que es padre de ustedes, y a mi Dios, que es Dios de ustedes.
18. Entonces, se fue María Magdalena donde los discípulos, y ella les dio la noticia que había visto al Señor y las cosas que Él dijo.
Jesús se aparece a los discípulos
19. Era el atardecer del domingo, y estando los discípulos en un lugar con las puertas cerradas, por miedo a los judíos; vino Jesús y se puso en medio, y dijo:
– Paz a ustedes.
20. Habiendo dicho esto, mostró sus manos y su costado a sus discípulos; ellos se alegaron mucho de ver al Señor.
21. Jesús les habló nuevamente:
– Paz a ustedes; como el Padre me envió a mí, yo también los envío.
22. Diciendo esto, sopló y exclamó: – ¡Reciban al Espíritu Santo!;
23. a quienes les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, a quienes les retengan sus pecados, les quedarán retenidos.
Jesús se aparece a Tomás
24. Tomás, uno de los doce, llamado el mellizo, no estaba con los discípulos cuando vino Jesús.
25. Los discípulos le dijeron a Tomás:
– ¡Hemos visto al Señor!; pero Tomás les dijo:
– A no ser que yo vea en sus manos las marcas de los clavos, y meta mi dedo en el lugar de los clavos y también introduzca mi mano en su costado, de ningún modo creeré.
26. Después de ocho días, los discípulos estaban reunidos nuevamente, y Tomás con ellos; y llegó Jesús estando las puertas cerradas, se puso en medio de ellos, y dijo:
– Paz a ustedes.
27. Jesús habló a Tomás: – Trae tu dedo acá, y mira mis manos, muéstrame tu mano y métela en mi costado, y no sigas siendo incrédulo, sino fiel y creyente.
28. Tomás contestó:
– ¡Señor mío, y Dios mío!
29. Dijo Jesús: – ¿Porque me has visto, has creído? Felices los que no vieron y creyeron.
El propósito del libro
30. Muchas otras señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no han sido escritas en este libro.
31. Todas estas cosas se escribieron con el propósito de que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y con el objetivo de que, creyendo, tengan vida plena por medio de Él.

 



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