Marcos Capítulo 5

Introducción

INTRODUCCIÓN GENERAL

Sobre la portada

Obra: El mar de Galilea. Medio: Acuarela
2022

Dibujo pintado con acuarela, describe diferentes historias que se encuentran en Marcos. Este arte nació de los versos que más me impactaron de este libro que es un resumen visual si se puede decir así, unas imágenes formando un barco a la deriva. En su vela refleja un mosaico de diferentes imágenes entre ellas la liberación del endemoniado gadareno, cadenas rotas símbolo de liberación. Peces representando al hombre perdido, el sol de justicia alumbrando la tierra fértil y la muerte de Jesús que nos brinda un amplio marco del fundamento de la palabra libertad. Solo así ese barco puede estar en el puerto seguro que es en Cristo Jesús Señor nuestro.


Capítulo 5

Jesús expulsa a demonios

1. Pasaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos.
2. Y cuando Jesús salió de la barca vino a su encuentro un hombre con espíritu maligno que vivía entre los sepulcros
3.. y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas;
4. este hombre había estado atado con cadenas y grilletes, pero él mismo había roto las cadenas y los grilletes y nadie tenía la fuerza suficiente para dominarlo.
5. Constantemente, noche y día, gritaba en los sepulcros y en las montañas hiriéndose con piedras;
6. y cuando vio a Jesús desde lejos, corrió y se arrodilló ante Él;
7. y gritó muy alto, diciendo: – ¿Qué tengo que ver contigo Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te suplico, por Dios, que no me molestes.
8. El hombre gritaba así, porque Jesús le había dicho: – ¡Sal de este hombre espíritu maligno!
9. Luego, Jesús le preguntó: – ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: – Me llamo multitud, pues somos muchos.
10. Y le rogaba a Jesús para que no le expulsara de esta región.
11. Había allí en la montaña, una gran manada de cerdos que estaban comiendo.
12. Por ello, los espíritus malignos suplicaron a Jesús, diciendo: – Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos.
13. Y Jesús se lo permitió; salieron los espíritus malignos del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por un despeñadero, eran aproximadamente dos mil cerdos, los que se ahogaron en el agua.
14. Y los que cuidaban a los cerdos huyeron, y contaron en la ciudad y en los campos lo que había sucedido; por eso la gente venía a aquel lugar por curiosidad.
15. Llegaron a donde estaba Jesús y vieron al hombre que tenía la multitud de demonios, sentado, vestido y en perfecta salud mental; y tuvieron miedo.
16. Los que fueron testigos de la expulsión de demonios contaron todo lo sucedido a los curiosos y también contaron lo que le había pasado a los cerdos.
17. Pero la gente empezó a rogarle a Jesús que se fuera de la región.
18. Cuando Jesús entró a la barca, el que había sido liberado le suplicaba que lo dejara ir con Él.
19. Pero Jesús no se lo permitió, más bien le dijo: – Vete a tu casa, junto a tu familia y cuenta las grandes cosas que el Señor hizo en tu vida, y como tuvo compasión de ti.
20. El hombre se fue, y empezó a proclamar en Decápolis, las grandes maravillas que Jesús hizo con él, y todos se admiraban.
Una mujer enferma y una niña muerta

21. Después Jesús cruzó nuevamente a la otra orilla, y se reunió una gran multitud en la playa para verlo.
22. En ese momento llegó un hombre, que era jefe de la sinagoga, cuyo nombre era Jairo, y al ver a Jesús, se postró ante sus pies
22. y le rogaba, diciendo: – Mi hijita está agonizando; por favor, acompáñame donde ella para que le impongas las manos y así sea sanada y siga viviendo.
24. Jesús le acompañó y una gran multitud le seguía, apretujándolo.
25. Había allí una mujer que llevaba doce años sufriendo de hemorragias,
26. ella ya había ido a muchos médicos y gastado todo lo que tenía, pero en lugar de mejorar solo empeoraba.
27. Cuando escuchó sobre Jesús, vino entre la multitud por detrás y tocó su manto.
28. Porque pensaba: «Si solamente toco su ropa, quedaré sanada.»
29. Al tocarlo, la hemorragia se detuvo inmediatamente y ella percibió en su cuerpo que había quedado sana de esta enfermedad.
30. Enseguida, Jesús se dio cuenta del poder que había salido de Él, y dándose la vuelta, dijo: – ¿Quién tocó mi ropa?
31. Y los discípulos le dijeron: – Maestro, no ves que toda la multitud te aprieta y todavía preguntas: ¿Quién me tocó?
32. Pero Jesús miraba a su alrededor para ver quién lo había tocado.
33. Entonces la mujer temiendo y temblando, sabiendo lo que había pasado, vino y se arrodilló ante Él y confesó toda la verdad.
34. Jesús le dijo: – Hija, tu fe te ha sanado, vete en paz y sigue sana de la enfermedad que habías soportado.
35. Mientras Jesús hablaba, vinieron personas de la casa del jefe de la sinagoga, y le dijeron: – Tu hija murió, ¿Ya para qué molestas al maestro?
36. Mas Jesús, no hizo caso a la noticia que trajeron de la casa de Jairo, y lo tranquilizó diciendo: – No te preocupes, mantén tu fe.
37. Y no dejó que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, hermano de Santiago.
38. Cuando llegaron a la casa de Jairo, había un alboroto, la gente lloraba y lamentaba el fallecimiento de la niña.
39. Y entrando Jesús, dijo: – ¿Por qué tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta, apenas duerme.
40. La gente se burlaba de Él, pero Jesús sacó a todos y solamente entró donde estaba la niña, con los padres de la fallecida y con sus tres discípulos.
41. Y tomando la mano de la niña, le dijo en arameo: – Talitá cumi (que traducido significa: chiquilla, ¡levántate!).
42. La niña se levantó inmediatamente y se puso a caminar, ella tenía doce años, y todos quedaron muy asombrados e impresionados.
43. Pero Jesús dio órdenes estrictas de que nadie supiera este milagro, y también ordenó que le dieran de comer a la niña.
 


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