Juan Capítulo 2

Introducción

INTRODUCCIÓN GENERAL

Teorías de Formación

La tradición durante varios siglos defendió que el autor del Evangelio era el discípulo Juan, que también se quedó conocido como “el discípulo amado”, y no solo del Evangelio, también de las 3 cartas de Juan y del Apocalipsis. Con la influencia del racionalismo a partir del siglo XVIII, se inició la alta crítica, que sometió toda la literatura Juanina a una crítica rigurosa y científica, y se empezó a cuestionar las teorías de formación de estos libros, debido a grandes incoherencias entre un libro y otro, principalmente en la cuestión técnica como el griego ático, dominio del idioma, líneas teológicas, género literario, estilo de escritura, etc. Considerando que es un tema abierto, que las teorías de formación de Juan siguen siendo discutidas, resaltaremos algunas posturas e inclinaciones más aceptadas actualmente.

Autor

No descartamos totalmente la posibilidad que el discípulo Juan, sea el autor del Evangelio, pero sí nos abrimos al razonamiento de que el discípulo era un judío, de formación básica, el texto evidencia que su autor era un profundo conocedor del pensamiento filosófico griego clásico y dominaba a la perfección el griego académico de Atenas, conocía perfectamente el género literario griego, resaltando en su libro tanto la alegoría como los diálogos, por ejemplo, manejaba la metafísica de Aristóteles de forma impresionante, y la cristianiza adaptándola al “Logos” que para él es “Jesucristo”, esto se observa en el prólogo del libro (Juan 1:1-18). Además, teorías recientes atribuyen la autoría del libro a la “comunidad del discípulo amado”.


Capítulo 2

La boda en Caná

1. Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
2. Jesús y sus discípulos también fueron invitados a la boda.
3. Faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: – Ya no hay vino.
4. Le dijo Jesús a María, su madre: – Este no es nuestro problema; ya llegó la hora para hacer las señales del reino.
5. María dijo a los sirvientes: – Hagan todo lo que Él les diga.
6. Había seis tinajas de piedra que se usaban para el rito de purificación de los judíos, y cada una tenía una capacidad entre 80 a 120 litros.
7. Jesús les dijo: – Llenen las tinajas de agua. – Y ellos las llenaron totalmente.
8. Luego Jesús les ordenó: – Saquen y lleven estas tinajas al administrador de la boda; – entonces ellos las llevaron.
9. Cuando el administrador de la boda probó el agua convertida en vino (y no sabía de dónde procedía este nuevo vino, en cambio los sirvientes sí sabían de su procedencia); llamó al esposo,
10. y le dijo: – Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya están borrachos, sirven el vino de menor calidad; pero tú has hecho lo contrario, serviste el mejor vino ahora, dejaste el mejor vino para el final.
11. Esta fue la primera señal que hizo Jesús, empezando su ministerio en Caná de Galilea, se manifestó su gloria y los discípulos creyeron en Él.
12. Después de esta señal, Jesús, su madre, sus hermanos y sus discípulos, descendieron a Cafarnaúm y permanecieron pocos días en este pueblo.
Jesús purifica el templo

13. Estaba cerca la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén,
14. y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y también a los que cambiaban dinero sentados.
15. Y haciendo un látigo de cuero, echó a todos del templo, también sacó a las ovejas y a los bueyes, botó al suelo las monedas de los cambistas y volcó las mesas;
16. y dijo a los vendedores de palomas: – ¡Quiten eso de ahí!, no conviertan la casa de mi Padre en casa de negocios.
17. Al ver esto, sus discípulos se acordaron de un texto de las Escrituras: “El celo de tu casa me devoró.”
18. Entonces le respondieron los judíos a Jesús: – ¿Con qué autoridad espiritual nos enseñas o haces todo esto?
19. Respondió Jesús: – Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.
20. Los judíos le contestaron: – Tardaron cuarenta y seis años para construir este templo, ¿y Tú en tres días lo levantarás?
21. Pero Él se refería a su cuerpo como templo.
22. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, los discípulos recordaron lo que Él había dicho, y creyeron en la Escritura y en la Palabra que Jesús enseñó.
Jesús conoce los corazones

23. Cuando Jesús estaba en Jerusalén en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre, porque veían las señales que Él hacía.
24. Pero Jesús no confiaba en ellos, porque Él conocía sus corazones,
25. no tenía necesidad de escuchar testimonio acerca de ellos, porque Él conocía profundamente lo que había en cada corazón.
 


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