Escribe y Explica

Texto: “Entonces Jehová me contestó: – Escribe y explica la visión en tablas de piedra, para que aun el que corre pueda leerla claramente y entenderla” (Habacuc 2:2 TCB)

Habacuc era un profeta “nabi”; alguien que, desde el contexto del Antiguo Testamento, debía traer un mensaje de parte de Dios al pueblo. Pero en este momento, ante las injusticias, la opresión y la inestabilidad política y social, el profeta intervino con un clamor a Dios a favor del pueblo de Israel.

Este versículo nos presenta la respuesta de Dios al profeta: una clara instrucción – escribe y explica -.

En 1517, la historia nos relata que un hombre llamado Martín Lutero también escribió y explicó. A través de un documento que contenía 95 tesis, levantó una voz de protesta ante las injusticias que se estaban cometiendo en aquella época en nombre de Dios.

Podemos pensar que estas tesis – según la tradición, colocadas en la puerta de la iglesia del Castillo de Wittenberg – fueron el resultado de una respuesta divina a Lutero, similar a la que recibió el profeta: la instrucción de escribir y explicar.

Este escrito se levantó como una voz profética en contra de los abusos existentes y provocó lo que hoy conocemos como la Reforma Protestante.

En la actualidad, seguimos enfrentando desafíos semejantes a los de los tiempos del profeta Habacuc y de Martín Lutero. Vemos abusos religiosos y políticos, persecución, desafíos éticos y sociales que intentan trastocar los valores y la ética del Reino de Dios.

Vivimos en una era de redes sociales y de avances tecnológicos que marcan precedentes y pretenden imitar la obra creadora de Dios.

Nuestro mundo necesita con urgencia hombres y mujeres con corazones dispuestos a colocarse en la brecha y presentar estas injusticias ante el trono de la gracia.

La fuente de Lutero fue su encuentro con las Escrituras, las cuales sabemos que “son producto de la inspiración divina; son provechosas para enseñar, para iluminar, para corregir y para instruir en la justicia” (2 Timoteo 3:16 TCB).

¿Anhelamos cambios, reformas y voces que se levanten contra la injusticia en este tiempo?

Debemos continuar creando espacios que provoquen encuentros con las Sagradas Escrituras, lugares donde sigamos enseñando las verdades del Reino de Dios.

Así que, en medio de tanta confusión, tenemos la encomienda del cielo de hacer que esta visión – el mensaje del Evangelio – continúe corriendo hasta los confines de la tierra.

Necesitamos seguir proclamando el mensaje que es capaz de transformar toda la existencia humana, enseñándolo de tal manera que pueda entenderse y provocar reformas en la manera de pensar del mundo en el que vivimos.

Este tiempo es el escenario perfecto para que cada creyente se levante como un profeta del hoy, consciente de que no ha sido llamado a permanecer en silencio, sino a manifestar la voz de Dios, reconociendo y confiando que es fiel y verdadera. De esta manera veremos que “así como las aguas llenan el mar, la tierra se llenará del conocimiento de la gloria de Dios”.

Es tiempo de obedecer la instrucción del cielo: escribe y explica la visión, para que otros puedan correr con ella y ser dirigidos por ella.

Yavet J. Gómez Resto / Puerto Rico