Devocional

Palabra que transforma

Texto: “Plenamente felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6 TCB). 

Al recordar el Sermón del Monte, hay dichos de Jesús que resuenan al aplicar Su Palabra: Jesús nos invita a buscar la verdad y la justicia con una sed que transforma. ¿Sientes hambre de conocer su verdad cuando lees la Biblia? En un mundo tan cambiante, necesitamos la Palabra de Dios. Su palabra es verdadera, firme e inmutable, por eso es que podemos depositar toda nuestra confianza en ella, porque es eterna y nunca pasará. El apóstol Pedro nos recuerda que hemos nacido de nuevo, no por algo pasajero, sino por la palabra viva y transformadora de Dios que permanece (1 Pedro 1:23). Hoy, en este mes de la Biblia, te invito a hacer un alto y escuchar esa voz que no pasa de moda: la Palabra que da vida.

La Palabra de Dios tiene un poder increíble: puede transformar vidas, dar esperanza y cumplir propósitos divinos. Su poder nos capacita para vivir plenamente para Él, en todo momento y en cualquier circunstancia. La Palabra nos revela la vida que se nos ofrece en Cristo: trae bendición, nos llama a obedecer y nos da una esperanza eterna para todos los que creen.

En el libro de Hebreos se nos advierte sobre el peligro de la incredulidad, porque no pasa desapercibida ante Dios. Él lo sabe todo; nada se esconde de su observación. Por eso la Palabra debe ser recibida con fe, porque tiene un fiel cumplimiento. Hebreos 4:12 nos habla de la palabra (logos) como algo vivo y activo, no solo un texto impreso. A veces se confunde con Jesús, el Verbo Viviente, pero aquí se refiere a la palabra escrita, la Biblia, que trae vida cuando la abrimos con fe.

Esa Palabra de Dios constante y activamente viva, eficaz, en acción, poderosa, es capaz de transformar. Es como una espada de dos filos, afilada y precisa, que penetra hasta lo más profundo de cada ser: el alma y el espíritu, pensamientos, sentimientos y deseos. Divide lo que está expuesto por fuera y lo que está oculto en lo profundo de nosotros. Puede alcanzar la esencia de quienes somos y revelar nuestras motivaciones más íntimas.

La palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Dios sabe dónde hay fe real y dónde sólo hay conocimiento intelectual. La Palabra tiene el poder de exponer nuestras motivaciones y de revelar lo que hay en lo profundo de nuestro ser, para bien o para corregir.

La Palabra de Dios está llena de poder y vida, capaz de transformar a las personas y guiarlos a Cristo. Y llega justo cuando más la necesitamos. En medio de pruebas o dificultades, el Espíritu Santo nos recuerda, a través de su promesa escrita, lo que Dios ha dicho. Hoy es un día propicio para reflexionar en Su palabra, creer que Él es fiel y verdadero, y esperar que cumpla lo que ha prometido.

Tómate un momento para leer el Sermón del Monte. Permite que Su Palabra te hable al corazón y te anime a confiar, incluso en medio de la incertidumbre. Pide al Espíritu Santo que te revele, con mansedumbre, las áreas en las que necesitas obedecer o transformar tu forma de pensar. ¿Qué pensamiento o actitud necesitas cambiar? Recuerda que este mes de la Biblia es una oportunidad especial para acercarte más a Dios a través de su Palabra escrita, que sigue viva y activa para ti. 

La palabra de Dios llega justo cuando más la necesitamos. El Espíritu Santo nos recuerda en momentos de pruebas o dificultades las promesas de Dios por medio de su palabra. Hoy es el día de reflexionar en Su palabra creyendo que Él es fiel y verdadero y cumplirá sus promesas. 

Dalila Gómez  /  Puerto Rico   

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