Devocional

El Ágape: El Amor de la Entrega

Texto: “El amor sacrificial es paciente, es servicial; el amor sacrificial no es envidioso, ni orgulloso, ni arrogante; no hace nada incorrecto, no busca sus propios intereses, no se enoja fácilmente, no se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho” (1Co. 13:4-5 TCB).

La cita mencionada es usada frecuentemente en las actividades matrimoniales o eventos dirigidos exclusivamente a parejas, ya sea que estén casados o en proceso de casarse. Sin embargo, yendo al texto griego, la palabra utilizada en estos versos es ἀγάπη – ágape, no ἔρως – érōs. El confundir estos términos ha llevado a una pobre comprensión de los versos mencionados, toda vez que el amor ágape es el utilizado para describir el amor de Dios por las características que tiene. Hagamos una breve comparación para poder apreciar mejor el valor de los versos citados.

Comencemos con el amor ἔρως – eros. Según la mitología griega, ἔρως – eros era el dios del amor, pero del amor físico y pasional, cuyas características movían a la persona a buscar su propio bienestar. Es decir, era un amor que dirigía al individuo a centrarse en sí mismo, y en su búsqueda de satisfacción personal, dependía de otro para sentirse amado. Estas características hacen del amor ἔρως – eros, uno condicional, se ama para recibir algo a cambio.

No obstante, el amor ἀγάπη – ágape, no se centra en un bienestar propio, es un amor de entrega y no depende de lo que el otro pueda dar. Todo lo contrario, su interés no se basa en lo que pueda recibir a cambio, se muestra desinteresadamente de forma incondicional. Este tipo de amor, dentro de la teología cristiana, pasó a describir el amor de Dios y es precisamente al que hace referencia todo el capítulo 13 de 1 de Corintios. Por tal razón se describe en los textos mencionados como uno servicial (v.4) y que no busca el interés propio (v.5).

Siendo el amor ἀγάπη – ágape un amor servicial, no se queda en lo abstracto, es uno que se demuestra con acciones concretas, cuyo propósito es el bienestar de los demás. Un gran ejemplo lo tenemos en Jesús, “porque ni siquiera el Hijo del Hombre vino a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate por muchos” (Mr. 10:45 TCB). El servicio y la entrega describen la misión de Jesús.

Teniendo presente esta información, podemos comprender el énfasis de Pablo en el amor ἀγάπη – ágape, toda vez que le escribe a una comunidad señalada por divisiones y por mostrar egoísmo e interés propio, queriendo ser algunos el centro de atracción debido a las capacidades espirituales que mostraban. Es decir, había ausencia de bienestar común, por lo que estos versos son un llamado a una vida centrada en el ejemplo de Jesús, una de servicio y entrega.

En conclusión, lejos de hacer referencia al amor pasional, este pasaje bíblico nos lleva a reflexionar sobre nuestra conducta. ¿Estamos reflejando un amor desinteresado, de servicio y entrega en nuestras vidas o solo pensamos en lo que podemos conseguir de los demás para nuestro beneficio? 

Sigamos el ejemplo de nuestro maestro Jesús, quien no vino para ser servido, sino para servir y para darse totalmente por cada uno de nosotros.

Carol Moreno 

Puerto Rico

Comparte la bendición:

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *