Devocional

Transformada para Testificar

Texto: Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue a la ciudad, y dijo a los hombres:

– Vengan y conozcan a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿no será este el Mesías? (Juan 4:28-29 TCB).

Este es el relato de la mujer samaritana que iba a buscar agua al pozo como parte de su rutina diaria.  Algunas interpretaciones van a decir que ella, por vergüenza iba al pozo en un horario poco concurrido, para así, evitar las miradas de juicio contra ella por su historial con varios esposos.  Pero un encuentro con Jesús la transformaría quitándole la vergüenza de su pasado, dignificándola como portadora del mensaje del Mesías y dándole un nuevo propósito a su vida.

Entonces la mujer dejó su cántaro…”  El cántaro puede representar el peso que a veces estamos cargando en nuestra vida, como experiencias del pasado que al recordarlas nos avergüenzan o preocupaciones terrenales que nos quitan la paz.  Cuando la samaritana tomó conciencia de que estaba hablando con el Mesías esperado, ella soltó todo el peso del pasado, sintió libertad, decidió aceptar lo que Jesús le estaba ofreciendo y se enfocó en su nuevo propósito de vida.

Fue a la ciudad y dijo a los hombres: – Vengan y conozcan a un hombre…” Su nuevo propósito de vida se convirtió en compartir la palabra que Jesús le había dado y tenía que dejarles saber a otros que había una nueva esperanza para todos.  En el versículo 23a, Jesús le dice a la samaritana “…pero llegará un momento muy especial, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”.  Había un conflicto entre los samaritanos y los judíos sobre el lugar donde se debía adorar a Dios, y este no era el único problema, el protocolo litúrgico y la rutina en los ritos los llevó a todos a distanciarse de la verdadera adoración a Dios; la búsqueda íntima con el Padre se había perdido.  Pero ahora, Jesús le ofrecía a la samaritana una nueva fuente de agua viva que se haría tangible en su vida cuando decidiera cambiar y actuar en favor a la voluntad del Padre, es entonces cuando se adorará en espíritu y en verdad disfrutando de una plena comunión con Dios.  La transmisión del mensaje que transforma vidas se convirtió en un plan de acción para la samaritana.

El encuentro de la mujer samaritana con Jesús nos debe llevar a reflexionar si como cristianos estamos cargando un cántaro con preocupaciones o rutinas que no nos alimentan el alma, un cántaro lleno de distracciones y ruidos que nos desvían y nos impiden disfrutar del Padre que quiere una relación con todos nosotros.

¡Suelta tu cántaro, abre tus oídos y escucha el mensaje que Jesús trajo para ti!  Comparte con otros tu experiencia de la verdadera adoración para que la palabra de Cristo continúe transformando vidas.

Loifa C. Tse – Puerto Rico

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