Devocional

Cuidemos la esperanza

(Mateo 2:1-18)

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) da a conocer que, a nivel mundial, 1 de cada 2 niñas y niños de entre 2 y 17 años sufre algún tipo de violencia cada año. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aproximadamente 152 millones de niños en el mundo están involucrados en el trabajo infantil, de los cuales casi la mitad realiza trabajos peligrosos.  Aunque el Derecho a la Vida es inalienable para todos los seres humanos, las cifras en cuanto al asesinato de niños y niñas bajo diferentes circunstancias a nivel mundial son alarmantes.

¡Tristemente esta es una realidad histórica! Como un ejemplo de ello encontramos en el relato de Mateo 2:1-18, a un rey enceguecido por el poder, que al sentirse amenazado toma una medida descabellada. 16 Entonces, Herodes se sintió burlado por los sabios, se enfureció muchísimo, y mandó asesinar a todos los niños menores de dos años que estaban en Belén y sus alrededores … Este panorama no es ajeno a nuestro tiempo, cada día, por los diversos medios de comunicación nos invaden las noticias de niños y niñas que son víctimas de abuso de todo tipo.

¿Qué hacer ante esta situación? Es la gran pregunta que se nos plantea. En medio de aquella situación tan dolorosa mostrada por el texto, acontece algo especial, el Mesías nos estaba siendo dado, a través del nacimiento de un niño, el futuro y la esperanza de la humanidad estaba germinando y era menester cuidarlo. Al igual que en aquel tiempo, hoy ese sigue siendo nuestro llamado; cuidar la esperanza de la humanidad, ya que aún se escucha el verso 18 … llanto y mucho lamento; es Raquel que llora por sus hijos …”

La lista de problemáticas que sufren los niños en la actual sociedad continúa. Los padres de Jesús vivieron esa amenaza y decidieron actuar, proteger a su hijo. Como padres, abuelos, tíos, como sociedad, tenemos la responsabilidad de protegerlos, no podemos abandonarlos ya que aún hay Herodes tras ellos.

En este tiempo de navidad, es necesario reflexionar en cuánto estamos cuidando de nuestros pequeños. Más allá de lo material que podamos brindarles, es importante que puedan sentirse protegidos, que tienen un lugar seguro y personas a las cuales acudir cuando se sientan vulnerados. Que puedan saber que en todo aspecto de su vida son amados. No debemos olvidar que, gracias a aquel niño nacido en el pesebre, que fue cuidado de las adversidades de su tiempo, hoy gozamos de la gracia de la salvación. Y que de igual forma las nuevas generaciones son aquellas que, si son cuidadas, esparcirán las buenas nuevas y así el mensaje de esperanza y salvación trascenderá los tiempos.

Créditos:

Yuri Nieto

Ecuador

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