Devocional

Título:  La Biblia como su palabra: Más fiable que tierra firme y cielos altos

Texto: Mateo 24, 35 TCB El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras jamás pasarán.

La palabra de una persona es altamente estimada cuando esta es seria y puede ser digna de confianza. La palabra tiene un puesto privilegiado sobre asuntos hasta jurídicos, siendo un acuerdo no escrito, pero con testigos suficientes para tener consecuencias legales. Nuestras sociedades actuales a menudo carecen de una estima por la palabra, ya que esta es fácilmente rota, o hasta dicha de ella, que sólo fue verbal y que “no es algo escrito”. 

 Lo era, y seguirá siendo importante la fiabilidad en la palabra propia para con los demás y viceversa. Poder confiar en la palabra de alguien produce tranquilidad y claridad; se conoce la seriedad como la intención, así como apercibirse sobre las personas. Así, pues, la Biblia como Palabra de Dios da tranquilidad, pues sabemos que Dios no miente en todo lo que dice; da claridad, pues sabemos las intenciones de Dios y estamos apercibidos, pues Dios cumple sus palabras: bendiciones, promesas, advertencias o designios. 

Vamos a meditar sobre esto en las palabras de Jesús nuestro Señor: El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras jamás pasarán. Mt. 24, 35 TCB. El contexto escatológico de esta frase encierra dichos que chocan con las frases que pensamos que son las que Dios realizará, a menudo estamos cerrados sólo en bendiciones. Pero acá Jesús está hablando de los juicios venideros. 

 Algo particular, es que esto es tratado por Jesús de forma privada con los discípulos, luego del lamento hecho sobre Jerusalén, previo a reclamar a los fariseos por la sangre de los santos profetas derramada por los judíos en varias generaciones. Pareciera que este episodio es privado porque Jesús ahora está hablando con sus íntimos, que creen en quién es Él y lo que dice como Mesías. 

 Después de los oráculos y descripciones que Jesús hace, se confirma así mismo con la gran frase: El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras jamás pasarán. En esto, está recordando una referencia clara en Isaías 51, 6 … El cielo se disipa como humo, y la tierra se desgasta como ropa; pero mi salvación durará siempre, mi obra de justicia no se frustrará. Afirma su carácter de Dios para hablar y ser totalmente digno de confianza en su veracidad y cumplimiento.

Hay muchas cosas que Dios dijo e hizo pero que no tenemos escritas, mas tenemos en la Biblia aquello que Dios dispuso que fuera lo que debíamos poseer. Así como los primeros 12, nosotros como discípulos de Jesús, podemos acercarnos sabiendo la seriedad de la Palabra de Dios, que esta habla veracidad a pesar de vivir en un mundo donde las tendencias cambian e influencian los discursos que nunca son fijos. 

Todo lo que Jesús expresó a sus discípulos en el monte de los Olivos podía haber sido dicho a los judíos en general, pero esta gente escuchando no entienden y viendo no perciben. La Biblia es un libro sellado con Su Majestad el Espíritu Santo; necesitamos de Él para leer, entender y practicar la confiable y vivificante Palabra de Dios, que, no importando la época, las circunstancias y quienes crean o no, Jesús nos dice: El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras jamás pasarán. 

Créditos:

Jafet de León

 Guatemala. 

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