Devocional

LA PALABRA DE DIOS, UNA GUIA HACIA LA MADUREZ

Hebreos 6:1-3. “Por eso hay que seguir creciendo, salir de las enseñanzas elementales y de los principios básicos acerca de la fe y de la enseñanza de Cristo, y avanzar hacia la madurez. Los fundamentos ya están establecidos, tales como: el cambio de mentalidad para cambiar la forma de vivir y dejar de practicar las obras que conducen a la muerte, la constancia en la fe por identidad, 2 la enseñanza del bautismo, la imposición de manos, la resurrección de muertos y el juicio eterno. 3 Y con la ayuda de Dios, seguiremos practicando todo eso. Pero eso no es todo, hay que seguir creciendo.”

Cuando estudiamos una carrera universitaria y obtenemos el título de Licenciados, se puede afirmar que hemos obtenido el conocimiento fundamental y genérico de ese campo académico. La persona licenciada puede encontrar un trabajo que se relacione con su profesión y es muy probable que empiece en un cargo de asistente. Con el paso del tiempo, el trabajador querrá aspirar a una mejor posición, con mejor estatus y mejor salario. Pero para subir de nivel y llegar a ser coordinador o director, será necesario que la persona se especialice en un nivel de maestría o especialización requerida. Y si en algún momento ese trabajador desea una posición gerencial o ejecutiva de la compañía, necesitará un mayor conocimiento y experiencia, ya no será suficiente con sus conocimientos básicos, deberá realizar un estudio  más profundo del campo y practicar lo aprendido. 

 “Para crecer es necesario madurar y para madurar es necesario un mayor conocimiento”

El autor de hebreos hace un llamado a la madurez por medio del apredizaje de enseñanzas más profundas. En este caso no está queriendo decir que la Biblia solo contiene enseñanzas básicas, por el contrario, la Palabra de Dios es tan rica y profunda, que no nos alcanzaría la vida para estudiarla en su totalidad, en ella se encuentra un manual de vida que nos lleva hacia la madurez.

Es importante reconocer que las enseñanzas acerca del bautismo, la resurreción de los muertos y el juicio eterno, no dejan de ser importantes en la medida que crecemos en Dios. Estos son nuestros fundamentos, es decir, las enseñanzas elementales que sostienen nuestra fe y de las que somos responsables de transmitir a otros. 

Cuando llegamos a los caminos del Señor, somos como bebes en la fe, que necesitamos de una supervisión casi 24/7 para no desfallecer o lastimarnos en el camino. Debemos aprender cosas básicas como comer, caminar y hablar, pero en la medida que crecemos, estas acciones se especializan y debemos aprender cosas nuevas. 

El caminar con Cristo nos exige madurar para no caer y esto solo es posible en la medida que aprendemos a profundizar en su Palabra. Por eso te invitamos a que realices lo siguientes pasos que te llevarán a otro nivel de madurez.

  1. Destina un espacio especial en tu agenda para la lectura y estudio de la Biblia.
  2. En ese espacio de tranquilidad, ora a Dios para que Él te hable a través de su Palabra.
  3. Lee con calma la Palabra de Dios.
  4. Cuando no entiendas algo, investiga lo que dicen otros autores con respecto a ese texto.
  5. Escribe en tu agenda lo que aprendiste y lo que más resaltas de la lectura.
  6. Toma acciones en tu vida que te permitan practicar lo que la Palabra de Dios te ha enseñado.
  7. No dejes de repetir cada uno de estos puntos a diario.

En poco tiempo sentirás un cambio en tu forma de pensar, hablar y actuar,  ¡felicitaciones, estas madurando!  

El conocimiento de Dios es tan profundo que no podemos reducirlo en unas pocas palabras o limitarlo a nuestro entendimiento. Debemos aceptar que no somos un producto terminado y que el Señor continúa trabajando en nosotros como vasijas de barro. El llamado hoy es a crecer y madurar por medio de su Palabra.

¡Anímate!, hoy el Señor quiere revelarte algo nuevo, ¿por qué no le pides que te enseñe más?

Ingrid Hernández Gil, Colombia

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