Devocional

“Está Escrito: El poder de la Palabra en Jesús”

Texto: Respondió Jesús: – Está escrito: “Pero no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4 TCB)

En el mes de la Biblia, dedicamos este tiempo para reflexionar sobre la importancia de la Palabra de Dios en nuestras vidas, un tiempo especial que nos invita a valorar la riqueza, profundidad y autoridad que la Escritura tiene para guiarnos, corregirnos y fortalecer nuestra fe. Las palabras de Jesús, especialmente cuando dijo “Está Escrito”, resaltan no solo la importancia de la Biblia, sino también su poder para transformar vidas, lo hizo siglos atrás, lo está haciendo en nuestra era y lo seguirá haciendo en lo por venir.

Jesús utilizó la frase “Está Escrito” en primer lugar durante su tentación en el desierto, haciendo uso del poder de la palabra trazada y registrada en los rollos sagrados de aquel tiempo. En Mateo 4:1-11 se nos enseña que después de haber sido bautizado, el Espíritu llevó a Jesús al desierto, donde ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches y dice la Escritura que tuvo hambre. Entonces vino el tentador queriendo persuadir a Jesús de pecar, usando tácticas muy astutas. Aquí es necesario precisar que la palabra usada para tentar en el griego se encuentra en un presente constante dando la idea de una tentación larga, una duración de tiempo muy extensa. Sin embargo, Jesús permaneció firme, no cedió y respondió con la Palabra de Dios, declarando tres veces: “Está Escrito”.

En la primera tentación, Satanás le dijo: “Si eres Hijo de Dios, dile a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús respondió: Está Escrito: Pero no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Jesús, citando a Deuteronomio 8:3, nos recuerda que nuestro verdadero sustento viene de la Palabra de Dios. No vivimos solo para nutrir nuestros cuerpos ni para satisfacer nuestras necesidades materiales, algo que ha cobrado relevancia en nuestros días, sino que Jesús declara que es nuestro deber alimentarnos diariamente de sus consejos, reconociendo a Jesús como el pan de vida. 

En la segunda tentación, el diablo se lo llevó hasta el lugar más alto del templo, y le dijo: – Si eres Hijo de Dios, arrójate abajo; porque Está Escrito: “Que los ángeles de Dios se encargarán de recibirlo en sus brazos para que nunca tropiece con una piedra” (incluso el diablo utiliza las Escrituras, ¿notaste ese detalle?) “Jesús le contestó: – También Está Escrito: No tentarás al Señor tu Dios” (Mateo 4:7), refiriéndose a lo citado en Deuteronomio 6:16. Su respuesta nos enseña y nos anima a confiar en Dios siempre sin la necesidad de ponerlo a prueba. En tiempos de dolor, dificultad o enfermedad, la Palabra de Dios nos afirma que nuestra confianza en Él debe ser completa y sin manipulación.

Durante la tercera tentación, Mateo 4:9-11, nos comparte que el diablo lo llevó hasta el monte más alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le propuso: – Estos reinos serán tuyos, si te arrodillas y me adoras. Jesús rápidamente le respondió: – “¡Lárgate de aquí Satanás! Pues Escrito Está: Al Señor tu Dios adorarás, y solo a Él le servirás” (Deuteronomio 6:13).  Este es el más grande de los momentos en donde Jesús exhibe la Palabra de Dios, ya que exalta que solo Dios merece nuestra devoción y adoración, y que ningún ofrecimiento de este mundo puede siquiera compararse con Su gloria.

Cada vez que Jesús dijo “Está Escrito”, estaba realzando la autoridad de la Palabra de Dios. A lo largo de su ministerio, Jesús utilizó las Escrituras para enseñar, corregir y revelar la voluntad del Padre. En Juan 10:35, Jesús declaró: “La Escritura no puede ser quebrantada”. Para Jesús, las Escrituras eran la máxima autoridad, incluso sobre las tentaciones más intensas y las circunstancias más extremas. 

Al citarlas, Jesús no solo defendió su postura ante Satanás, sino que también nos proporcionó un gran ejemplo de cómo debemos enfrentar nuestras propias tentaciones y desafíos: nunca confiando en nuestra propia fuerza, sino descansando en la verdad poderosa de la Palabra de Dios.

En el mes de la Biblia, recordemos el ejemplo de Jesús al enfrentar la tentación y meditemos en la importancia de Su Palabra en nuestras vidas. Cuando decimos “Está Escrito”, estamos afirmando que conocemos y hemos experimentado el poder de las Escrituras. Que este mes sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso de leer, estudiar y aplicar la Palabra de Dios, sabiendo que en ella encontramos todo lo que necesitamos para vivir una vida plena y alineada con la voluntad de nuestro Padre celestial. Ya lo sabes: ¡Está Escrito!

Créditos:

Olga Bascuñán

Chile

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