Devocional

Testigos de la Redención

Lucas 22: 19-20 TCB

 Tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: – Este es mi cuerpo que es entregado por ustedes, hagan esto en memoria de mí. Igualmente, después de haber cenado, tomó la última copa de la ceremonia pascual y dijo: – Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes

Uno de los eventos más significativos en la vida de nuestro Señor Jesucristo fue la Última Cena. Este acto no fue simplemente una comida pasajera, sino un momento cargado de simbolismo y profundidad teológica que revela el amor redentor de nuestro Salvador. La Última Cena, que se transformó en el sacramento de la Santa Cena, es un Memorial de Salvación, directamente conectado a la Pascua judía. 

La Pascua era una tradición ancestral arraigada en la historia del pueblo judío. Era una ocasión sagrada en la que se recordaba la liberación de la esclavitud en Egipto y se renovaba la alianza entre Dios y su pueblo. Sin embargo, en la Última Cena, Jesús infundió un nuevo significado a esta celebración ancestral, revelando así su identidad como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Jesús eligió el momento de la Pascua para instituir la Santa Cena, mostrando así que él mismo era el cumplimiento de la Pascua judía. 

Al participar del pan y el vino, Jesús estableció un nuevo pacto en su sangre derramada por la redención de la humanidad. En la tradición judía, la Pascua tenía múltiples significados, desde recordar la liberación de Egipto hasta evocar un futuro mesiánico. Jesús, como buen rabino, entendió y encapsuló todos estos significados en la Última Cena, revelándose como el cumplimiento de las promesas de Dios a lo largo de la historia. La instrucción de Jesús de hacer esto en memoria de él, va más allá de simplemente recordar un evento pasado. En los cuatro relatos se repite dos veces «hacer esto en memoria de mí». La palabra «memorial» o «memoria» en hebreo es «Zikkaron» y en griego es «Anamnesis»; ambos significan la capacidad de traer al presente una historia de salvación y unirla a mi experiencia de muerte para salvarme, que esta salvación del pasado me siga salvando ahora, que la salvación se siga dando en diferentes contextos. Por esta razón, si reconstruimos las palabras de Cristo desde las lenguas bíblicas, entenderemos que lo que él quiso decir fue que debemos recordar su muerte como salvación para nuestra situación hoy. 

La cena Pascual estaba dividida en las siguientes partes: 

  1. Ritual del Bedikáh – Purificación – Consistía en la purificación de la cocina, de cualquier elemento de levadura.
  2. Primer plato: Hierbas amargas más la salsa de Haroset – significaba recordar la experiencia de esclavitud, y de haber vivido la amargura de la miseria. Cuando se empezaba a comer las hierbas, el rabino o maestro de ceremonia comenzaba a decir que ya no estaban viviendo en Egipto, pero cada uno está atravesando nuevas formas de muerte, nuevas experiencias de amargura. Cuando se iba masticando esas hierbas, uno iba reflexionando sobre su miseria personal (pecado, enfermedad, bajo autoestima, persecución, etc.), y para aliviar la amargura estaba la salsa de Haroset que era agridulce y significaba esperanza. 

Cuando se comía la hierba se mezclaba con la salsa, porque era la única forma que se podía digerir algo tan amargo. El plato completo significaba que no hay dolor, no hay muerte, que uno no pueda soportar cuando se cuenta con la esperanza de que Dios nos viene a liberar del dolor, También tomaban con el primer plato la primera copa de vino: Qiddush – Bendición – porque esta fiesta brindaba bendiciones de salvación.

  1. Liturgia Pascual: Hagaddah (k) – historia – El maestro de ceremonia empezaba a contar la historia de salvación del Éxodo. Este relato de volver a contar la acción salvadora de Dios era todo un texto elaborado transmitido oralmente. Citaba la primera parte de los salmos de Hallel (alabanza): Salmos 113-118 y se tomaba la segunda copa de vino: Copa del Hagaddah – Copa de la historia de salvación.
  2. Segundo Plato: El Cordero Pascual – Cordero de la salvación, que simbolizaba vivir la auténtica liberación. Siempre venía acompañado con legumbres ricas y panes ázimos. Todo este plato expresaba una liberación verdadera, después de vivir la esclavitud, enamorarse de la idea de que ya eres plenamente libre. Aunque incluía algunos hierbas amargas también, simbolizando que siempre habrán momentos difíciles en el camino pero podemos tener fe en el Cordero de Dios. Uno encontraba paz en el momento que comía el cordero, acompañado de la tercera copa: Massot – Copa del cordero Pascual.
  3. La cena concluía con la cuarta y última copa de vino – Copa del Hallel, copa de la alabanza.

Si entendemos estos símbolos de la cena pascual, podemos entender los significados exegéticos de la santa cena:

  1. Un acto de amor ágape. La cruz como máxima expresión de amor sacrificial.
  2. Un proceso terapéutico: Ya que cuando dice que lo hagamos en memoria de Él, era con la intención de que fuéramos transformados y liberados cada vez que participáramos de la Santa Cena.
  3. Un acto de conversión y transformación: Tiene un poder evangelizador porque nos recuerda que cuando Cristo dio su vida éramos aún pecadores.
  4. Una invitación a la Unidad: Jesús compartió con los discípulos, y también en la tradición judía la cena Pascual era un espacio para crear unidad. La iglesia primitiva entendió esto, por eso su primera liturgia era reunirse para celebrar la eucaristía. Adorar es centrar la vida en Dios. Recordar su sacrificio, pues en Él encontramos la plenitud de vida. Cada liturgia debe ser una terapia de transformación y de unidad.
  5. Una recompensa de Paz: Recibimos justificación y paz con Dios mediante la cruz de Cristo.
  6. Un acto de Vida: Reproducir la gracia y encontrar vida en Jesús.
  7. Un proyecto de adoración: La adoración no se limita a expresiones litúrgicas, sino a encarnar la vida de Cristo en nosotros.
  8. Una profecía pascual: Se anuncia su muerte como una profecía, con una dimensión escatológica.

Profundicemos en el significado y el impacto de este sacramento en nuestras vidas, compartamos en nuestras iglesias la riqueza exegética de lo que nos enseño Jesús en esta ultima cena y no nos cansemos de hacer esto en memoria de nuestro Salvador. 

Créditos: 

Yattenciy Bonilla – Ecuador. 

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