Devocional

¿Me amas? 

Texto: ¿Me amas con el amor sacrificial, y estás dispuesto a dar la vida por mí, más que estos? (Juan 21:15 TCB).  

El término ἀγάπη (ágape) no necesariamente tiene una connotación religiosa, sin embargo, fue usado ampliamente en la Biblia y de forma particular en el Evangelio de Juan, tanto en la forma del verbo ἀγαπάω (agapao) como también asociado al sustantivo ἀγάπη (ágape) y se utiliza para expresar el acto de amar de manera incondicional, desinteresada y sacrificial. 

El pasaje de Juan 21:15-17 nos presenta un momento crucial en la relación entre Jesús y Pedro, que tuvo lugar justo después de la resurrección. En este encuentro, Jesús formula una pregunta repetitiva pero profundamente significativa: 

¿Me amas con el amor sacrificial, y estás dispuesto a dar la vida por mí, más que estos? Pedro le contestó:

– Sí Señor, Tú sabes que te quiero mucho, pero no tanto como para dar la vida por ti.  Jesús le replicó:

– Necesito que me ames con el amor sacrificial, como requisito para apacentar mis ovejas.

 ¿Me amas más que estos? Jesús le hizo la pregunta dos veces utilizando la palabra ágape, la cual en su uso bíblico se refiere a todo amor entregado, sin motivo, desinteresado. Pedro respondió a Jesús utilizando la palabra philia, la cual en su uso bíblico muchas veces tiene en mente un amor más recíproco, un afecto amistoso. Algunos traductores expresan la respuesta de Pedro como, “Yo soy tu amigo”.

En el diálogo entre Jesús y Pedro, la primera pregunta de Jesús, implica un amor sacrificial, capaz de ir más allá de las emociones transitorias o los sentimientos egoístas. Jesús le pide a Pedro un amor que refleje la naturaleza misma de Dios. Un amor que está dispuesto a servir, a perdonar, y a sacrificarse por el otro, tal como Jesús lo hizo por la humanidad en su sacrificio en la cruz.

A pesar de la claridad de la pregunta de Jesús, Pedro responde con el verbo φιλέω, (phileo) que se refiere a un amor fraternal o amistoso. Sin embargo, el amor de Jesús hacia Pedro es una manifestación perfecta del amor ágape: es un amor incondicional que no depende de méritos, perfección o logros humanos. Jesús no amó a Pedro porque este fuera irreprochable o porque hubiera cumplido con ciertas expectativas, sino que lo amó a pesar de sus debilidades y fracasos. Este relato nos enseña que, aunque caigamos o fallemos, no somos rechazados ni condenados, sino que seguimos siendo amados y llamados por Dios para cumplir su propósito.

En muchos aspectos, la historia de Pedro refleja la nuestra. Al igual que él, hemos hecho promesas sinceras que, por diversas circunstancias, no hemos podido cumplir. Sin embargo, el amor de Cristo no se basa en nuestra fidelidad, sino en su gracia y misericordia.

 Así como Pedro fue restaurado y enviado a pastorear su rebaño, cada uno de nosotros es invitado a responder a su amor, con un compromiso renovado y una vida dispuesta al servicio y amor a quienes nos rodean. 

Te invito a meditar en la siguiente pregunta: ¿Amas a Jesús solo con palabras, o tu amor se traduce en obediencia, servicio y entrega?

María Gracia Guapás  /  Ecuador 

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