Devocional

Un verdadero encuentro con Dios

Juan 1:51 TCB 

38. Jesús continuó diciendo: 

“De cierto, de cierto les digo: Que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre”. 

Es muy importante que el creyente haya experimentado un verdadero encuentro con Dios; ahí se fundamentará su salvación. Podría escuchar muchas historias de cómo Dios llegó a cada corazón, cada experiencia es diferente, pero fascinante. El día que me encontré con Cristo experimenté el gozo de su presencia, llenando el vacío y la tristeza que sentía en aquel momento de mi vida. En Jn. 1:43-51, después del encuentro de Jesús con Natanael, Él les declara a estos israelitas judíos, tengan la certeza que de aquí en adelante, Yo soy quien conecta el cielo y la tierra; el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre. Esa subida y bajada “soy Yo” dice el Señor, “Yo soy ese camino”. No dejes que otros te lo cuenten; experimenta tu encuentro personal con Jesús. 

La declaración de Juan 1:51 a estos israelitas judíos está relacionada con Génesis 28:12-22, donde Jacob vio ángeles subir y bajar del cielo. Entonces Jesús dice: Yo soy la escalera que conecta cielo y tierra. Jacob tuvo su encuentro personal con Dios (Génesis 28:12), “Y soñó, y he aquí una escalera apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí los ángeles de Dios que suben y descienden sobre ella.” Cualquier ansiedad que Jacob tuvo, esa noche debe haber huido de su espíritu cuando el Señor se le apareció en un sueño. 

En ese sueño, Dios estaba parado en lo alto de una escalera que llegaba al cielo, con ángeles subiendo y bajando por ella. Allí prometió darle a Jacob la misma herencia que le dio a Abraham e Isaac; la tierra sobre la cual yacía. (V13) 

Jacob despertó de su sueño lleno de asombro, deleitándose en la presencia del único Dios verdadero; y por eso llamó al lugar Betel o Beit-El (Casa de Dios), sin embargo, cualquier lugar puede convertirse en una “casa de Dios” cuando su santa presencia invade el espacio. Podemos ver este encuentro fundamental con Dios como el despertar espiritual de Jacob. 

Es aquí donde entró en el papel de antepasado espiritual, avanzando en las promesas dadas a su abuelo Abraham, no solamente para recibir la tierra, sino para dar fruto y traer bendición generación tras generación a todos los pueblos de la tierra. Lo que tal vez comenzó como un viaje de obediencia a sus padres se convirtió en un viaje con Dios mismo. 

Mientras que Abraham e Isaac tuvieron sus propios encuentros muy personales con Dios, hasta este momento, parece que Jacob no tuvo tal encuentro. Pero cuando Dios revela su poder y presencia, Jacob responde con claridad y fe sencilla diciendo “Si Dios está conmigo y me cuida en este viaje que estoy haciendo y me da comida para comer y ropa para vestirme para que regrese a salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios” (Génesis 28:20–21).

Al aceptar el señorío del Señor sobre su vida, Jacob hace un compromiso con Dios de servirle y honrarle integralmente (v22). Cuando nos encontramos con Jesús y aceptamos su señorío, también nos comprometemos con Él y con la extensión de su reino. Por esta razón, para tener un despertar espiritual es muy importante tener la certeza de haber experimentado este encuentro con Jesús, quien le da verdadero sentido a la existencia; camina en el viaje de la vida con Él. 

¿Estás seguro de haber tenido un encuentro con Dios? 

¿Qué compromiso has hecho con Dios? 

Créditos: 

Por: Betsy Noboa Palacios. 

Nacionalidad: Ecuador.

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