Devocional

CUANDO LOS CIELOS CANTAN

LUCAS 2:13-14 TCB

“De pronto, apareció junto al ángel una multitud de seres celestiales que alababan a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las Alturas! ¡Paz en la tierra para las personas que practican la buena voluntad de Dios!”

Llega el mes de diciembre y con él, se inician en la gran mayoría de comunidades religiosas alrededor del mundo, los preparativos para cantar villancicos en la Nochebuena. El acto de entonar cánticos de gozo y alegría se convierte en un componente fundamental para expresar nuestra gratitud a Dios. Un aspecto fascinante cuando se canta, es el respaldo científico respecto de sus efectos notables en la mente y el cuerpo; por ejemplo, se liberan endorfinas conocidas como «hormonas de la felicidad», estimula la actividad cerebral, contribuye a reducir el estrés y cuando se canta en grupo es capaz de fortalecer los lazos sociales.

El relato de Lucas, nos transporta en el tiempo para ser testigos de un momento celestial extraordinario. Recordemos el escenario: Era una noche singularmente tranquila bajo un cielo repleto de estrellas, donde un grupo de pastores cuidaban de sus rebaños como solían hacerlo cada día en esa temporada del año. De repente, la normalidad se quiebra cuando un ángel se presenta y anuncia el nacimiento del Salvador. El texto describe con detalle que “la gloria de Dios brilló alrededor de ellos” (v.9). ¿Se imaginan?, pero lo extraordinario no termina ahí. Un coro celestial se une, rompiendo los límites de lo terrenal, proclamando con fuerza y esplendor: «¡Gloria a Dios en las Alturas!» (v.14).

¡Qué gran privilegio vivieron esos pastores! Fueron testigos de lo sobrenatural, de lo majestuoso, porque aquellos seres celestiales no solo comunicaron un mensaje, sino que lo hicieron de manera tan espectacular que no pudo pasar desapercibido. La gloria de Dios asombró y dejó sin aliento a aquellos humildes hombres que de inmediato decidieron hacer algo: “Vámonos a Belén, para contemplar lo que el Señor nos dio a conocer” (v.15).

En este adviento, la invitación es a elevar nuestra mirada al cielo, más allá de las preocupaciones terrenales y enfocarnos en la majestuosidad y grandeza de nuestro Creador. La paz anunciada a la tierra (v.14), no es una simple ausencia de conflictos, sino un regalo divino que trasciende nuestra comprensión y que está reservado para aquellos que buscan y practican la buena voluntad de Dios.

Así como los pastores fueron sorprendidos en su rutina diaria, recordemos que la gloria de Dios puede manifestarse en los momentos más inesperados. Abramos nuestros ojos a lo extraordinario en lo ordinario, cantemos con alegría y compartamos las maravillas que Dios hace en nosotros siendo mensajeros de esperanza, transmitiendo la asombrosa realidad de la presencia de Jesús en nuestras vidas.

Créditos:

Por: Olga Bascuñán

Nacionalidad: Chile.

Correo: obascunan@proyectoevanggelio.org

Comparte la bendición:

Un comentario

  • carlos arancibia

    La bondad de Dios hecha canción por los angeles:
    «De pronto, apareció junto al ángel, una multitud de seres celestiales que alababan a Dios, diciendo:
    “¡Gloria a Dios en las Alturas!»
    ¡¡¡Bedito sea nuestro amado Dios!!!

    Dios le siga usando para su gloria!!!

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *