Devocional

¿TIENES CREDIBILIDAD?

Santiago 5:12: “Ante todo, queridos hermanos, no juren, ni por el cielo ni por la tierra, ni tampoco con ningún otro tipo de juramento; más bien que sus palabras sean sí o no, en lo que digan sí, que sea sí, en lo que digan no, que sea no, para que no caigan en ningún tipo de juicio”. TCB.

Conozco a una persona con la que siempre hay que tener un plan B. Cuando se le encomienda hacer algo, por muy pequeño que sea, siempre hay dudas sobre si cumplirá o no, y tristemente gran parte de las veces hay que aplicar el plan B, porque a última hora se excusa de no poder realizar lo que se le pidió.

¿Alguna vez usted prometió hacer algo y no lo cumplió? O, por el contrario, ¿alguien se comprometió con usted y no mantuvo su palabra?

La credibilidad es una construcción de confianza, basada en experiencias previas con la persona en cuestión; experiencias que ayudan a tener un juicio de valor basados en si ha cumplido o no a lo largo del tiempo, con lo que dijo o con lo que se ha comprometido.

Empeñamos nuestra dignidad como prueba de que cumpliremos nuestra promesa o compromiso. Cuando decimos una cosa y hacemos otra, vamos perdiendo credibilidad. ¡Es peligroso volvernos personas poco creíbles!, porque nada deteriora más la confianza en uno mismo y en los demás, que comprometer nuestra palabra y no cumplir.

La credibilidad es una virtud demasiado importante, cuesta años construirla, pero en apenas un segundo puede ser derribada. Ser íntegro, de una sola línea, creíble, de confianza, de fiar, es algo que debemos valorar y defender, principalmente porque somos hijos de Dios. Ser conocidos como hijos de Dios y ser personas sin credibilidad, son descripciones que definitivamente no van de la mano. Somos llamados a predicar las buenas noticias de Jesús, a hacer discípulos, a imitar el carácter de Cristo, a evidenciar el fruto del Espíritu en nuestras vidas. Todas estas cosas nos llaman innegablemente a la integridad, a tener un buen testimonio para que otros aprendan de Jesús a través de nuestras vidas, a dar el ejemplo en nuestra iglesia, en el trabajo, con nuestros amigos, vecinos y por sobre todo, en nuestro hogar.

Por lo mismo, la Biblia en su eterna sabiduría nos aconseja por medio del libro de Santiago que cuando digamos que sí, que sea sí, y que cuando digamos que no, que sea no, para que no caigamos en juicio.

¿Somos personas que gozamos de credibilidad?, entonces debemos atesorarla con diligencia, para continuar teniéndola hasta el final de nuestros días. ¿Somos vistos como personas que no son de fiar? Definitivamente debemos trabajar de forma incansable en construir un testimonio donde seamos reconocidos como personas dignas de confianza.

Créditos:

Nombre: Carolina Andrea Riquelme Nieto. País: Chile.

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