Insignia del seguidor de Jesucristo

Texto: “Porque esta es la voluntad de Dios: que vivan constantemente el proceso de santificación.” (1 Tesalonicenses 4:3 TCB).

La santificación consiste en la separación del creyente de los malos actos; lo maravilloso es que conduce a la obediencia a Dios y favorece la estancia en la voluntad divina.

  “Se dice de una buena mujer que al caer enferma le preguntaron si quería morir o vivir, a lo cual contestó: 

– Lo que Dios quiera. 

Pero —dijo uno de los presentes: 

– Si Dios lo dejara a tu voluntad para decidir, ¿qué escogerías? 

– Oh, si Dios me dejara escoger, yo lo volvería a dejar a Él decidir» — (El Faro, México, D. F.).  

Es evidente que cada seguidor de Jesucristo dice que quiere hacer la voluntad de Dios. En 1 Tesalonicenses 4:3 resalta que la voluntad de Dios se hace realidad en el proceso de santificación.  En los versos del 1 al 8, puede fundamentarse varios temas o mensajes, pero en el devocional de hoy trata acerca de la:  “Insignia del seguidor de Jesucristo”.

Los versos del 1 al 8 en la primera carta a los Tesalonicenses, señalan  una vida que agrada a Dios.  Forma parte de lo práctico, tal como la moralidad y lo ético.  El apóstol Pablo anima a los tesalonicenses a seguir esforzándose en vivir según las instrucciones recibidas. (V 1-2 TCB). Asimismo, les indica que la voluntad de Dios se hace evidente donde hay santificación (V 3).  En tal sentido, la santificación afecta las áreas morales y éticas (V 4-6).  Es una forma de vivir constante:

“7. Porque Dios no nos llamó a la impureza y al pecado, sino a vivir una vida en constante santificación” (TCB).  Además, aclara que la indiferencia a estas demandas, representa un rechazo a Dios (V 8).

Los versos mencionados se constituyen en una respuesta para los creyentes que anhelan agradar a Dios, y para aquellos que quieren saber cuál es la voluntad de Dios para sus vidas. Ante esta inquietud se presenta esta afirmación, que la santificación es la voluntad de Dios.

Es notorio, que la voluntad de Dios es que cada creyente se apropie del dominio propio.  A manera de santificarse cada día, la santificación, que está relacionada con el hecho de controlar su propio cuerpo, no tiene que ser impuesto ni visto como una obligación, sino de aquel anhelo de agradar a Dios y estar con Él en todo momento. Vale resaltar que la santificación es un proceso “que vivan constantemente el proceso de santificación” (V 3 TCB). Lo que implica esfuerzo, dedicación, constancia, firmeza y convicción personal.  Por otra parte, si el creyente tiene al Espíritu Santo, lo guiará a hacer la voluntad de Dios.  Además, si determinada decisión, acto, práctica o hábito, está fuera de la Palabra de Dios; por lógica, no forma parte de la voluntad de Dios. En tal sentido, la insignia del seguidor de Jesucristo es la santificación.

¿Vive usted el proceso de la santificación? ¿Cuáles son los actos que lo alejan de la santificación y, por ende, de la voluntad de Dios? 

A menudo se escucha a los creyentes decir: yo quiero hacer la voluntad de Dios, otros se preguntan: ¿será esta la voluntad de Dios para mi vida?  No obstante, cada creyente puede autoevaluarse si vive a diario el proceso de santificación, que es una de las áreas que favorecen la estancia en la voluntad de Dios.  En este caso, la santificación se constituye en un adorno que identifica al creyente, afecta de manera positiva sus relaciones personales, familiares y en comunidad. 

Créditos:

María Fidelina Camajá 

 Guatemala.