Devocional

Un Padre que Ama y Afirma

Texto: Y hubo una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien mi alma está muy complacida” (Mateo 3:17 TCB).

Hay palabras y expresiones que pueden marcarnos de por vida, especialmente cuando provienen de nuestro papá. En este Día del Padre, meditaremos en el relato de Mateo, donde Dios Padre expresa públicamente el profundo amor que siente por Su Hijo.

Esta escena ocurre durante el bautismo de Jesús. Hasta ese momento, Él no había comenzado su ministerio público: los milagros, la predicación, las sanidades e incluso su entrega en la cruz aún no habían sucedido. Aun así, el Padre no espera que Jesús haya logrado algo para declararle su amor. Lo ama simplemente porque es su Hijo.

Este gesto nos deja una lección poderosa: el amor de un padre no debe estar condicionado a las acciones o logros de sus hijos e hijas. La identidad de los hijos e hijas no debe construirse sobre el rendimiento o las metas alcanzadas, sino sobre la base firme de un amor incondicional.

Vivimos en una sociedad que constantemente busca aprobación a través de redes sociales, metas personales, logros académicos o profesionales. En medio de ese ruido, el amor incondicional de un padre que afirma y ama sin condiciones es un refugio que da descanso al corazón.

Es notable que el Padre celestial afirma a Jesús con palabras de amor antes de que inicie su misión de salvación, el propósito central de su vida. Esto nos muestra la importancia de que los hijos escuchen palabras de afirmación antes de enfrentar sus desafíos. Las palabras de un padre tienen poder para sostener, guiar e impulsar a sus hijos en el camino de la vida.

Muchas personas arrastran heridas emocionales desde la infancia o la juventud por la ausencia de afirmación paterna. Algunos siguen buscando en la adultez el «estoy orgulloso de ti» que nunca escucharon. Pero Dios nos enseña que no es necesario esperar logros para expresar amor. Las palabras de afirmación deben ser constantes, porque son una base fundamental en la formación de la identidad y el propósito de vida de los hijos e hijas.

Este pasaje hermoso nos invita a valorar la relación entre padres e hijos/hijas, marcada por expresiones de amor genuinas. Padres: sus palabras tienen el poder de edificar y marcar la vida de sus hijos e hijas para siempre. Que cada día sea una oportunidad para afirmar, bendecir y amar con palabras y gestos sinceros.

Damos gracias a Dios por los padres que expresan su amor a sus hijos e hijas, y les afirman con incondicionalidad. ¡Ánimo, papás! No están solos en este rol tan importante. Su Padre celestial los afirma hoy a ustedes también y les llena con su amor, para que puedan reflejarlo en la vida de sus hijos e hijas. Recuerden: la identidad verdadera no se basa en logros, sino en el amor profundo del Padre celestial.

Maira Alejandra Reyes Molina  /  Colombia

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