Devocional

La Palabra Eterna

Texto: “Donde no había principio era la Palabra de vida, la Palabra de vida está con Dios y Dios es la Palabra de vida” Juan 1:1 (TCB)

A lo largo de la historia, la palabra ha tenido un poder significativo. En la antigüedad, el mensaje del rey transmitido por un mensajero podía significar vida o muerte para el oyente. Hoy, las palabras siguen teniendo un peso considerable; pueden construir o destruir, traer consuelo o causar dolor. Pero ninguna palabra tiene tanto poder como “La Palabra” mencionada en Juan 1:1.

El evangelista Juan en el capítulo 1:1 nos lleva al comienzo de todo, más allá de la creación misma, presentándonos a Jesús como “La Palabra” que existía con Dios y era Dios. Este versículo no solo afirma la divinidad de Cristo sino también su eternidad. “La Palabra” no tuvo un comienzo; existió eternamente con Dios y es, en esencia, Dios mismo.

El término “Palabra” en este pasaje es la traducción del término griego “Logos”, que implica razón, mensaje, y sabiduría divina. Juan usa esta expresión para mostrar a Cristo como la expresión perfecta de Dios, el medio por el cual Dios se revela al mundo. No es simplemente una voz o una declaración, sino la encarnación misma de la verdad y la vida de Dios.

Para nuestra vida diaria, este pasaje nos invita a reflexionar sobre el lugar que “La Palabra” ocupa en nuestro corazón. Si Jesús es la Palabra eterna y la plena revelación de Dios, entonces buscar conocerlo debe ser nuestra máxima prioridad. Esto implica sumergirse en las Escrituras, que son el testimonio escrito de “La Palabra”, y permitir que nuestras vidas sean transformadas por su verdad.

Debemos también recordar que la misma Palabra que existió desde el principio es la que hoy nos da vida y esperanza. En momentos de duda, incertidumbre o prueba, podemos aferrarnos a esta verdad: Jesús, la Palabra viva, está con nosotros, y su mensaje es poderoso para salvar, sanar y restaurar.

La Palabra de Dios no es un simple conjunto de letras o un mensaje pasajero. Es eterna, viva, y eficaz. Jesús, el Logos, vino al mundo para revelarnos el carácter y el amor de Dios. En Él encontramos la razón de nuestra existencia y la luz para nuestras vidas.

En tiempos de oscuridad y confusión, recordemos que la Palabra, que es Cristo, nos guía y nos sostiene. Así como en el principio era la Palabra, hoy y siempre, la Palabra está con nosotros y es Dios mismo obrando en nuestras vidas.

En este día te invito a elevar una oración: Señor, gracias por enviar a tu Hijo, la Palabra eterna, para revelarte a nosotros. Ayúdanos a entender y a vivir bajo la luz de tu Palabra. Que Jesús sea el centro de nuestras vidas y que nuestras palabras reflejen la verdad y el amor que encontramos en Él. Amén. 

Jonnathan Tapia 

Ecuador 

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