Devocional

Un regalo inmerecido

Texto: “Porque por gracia son salvos, mediante la fe por identidad; y esta salvación no proviene de ustedes, no es por méritos propios, es un regalo de Dios” (Efesios 2:8 TCB).

Dios no improvisa. Cuando la humanidad se apartó de Su presencia, Él no se quedó indiferente. En lugar de juzgarnos sin remedio, preparó un plan lleno de gracia y redención: el plan de salvación.

Dios mismo tomó la iniciativa de proveerlo. Su gracia es la expresión más pura de Su amor, perdón y redención. Aunque no lo merecíamos, Él eligió extendernos Su favor. Por causa de nuestras transgresiones estábamos alejados de Su gloria, pero en Su inmenso amor nos dio lo más valioso: a Su Hijo Jesucristo, quien se entregó en sacrificio, muriendo en la cruz por nuestros pecados. El precio de nuestra salvación fue Su sangre derramada por amor.

En Efesios 2:8, el apóstol Pablo dice con firmeza: “Por gracia son salvos”.
La salvación no se obtiene de nuestros propios méritos ni esfuerzos, sino a través de Dios. Es una bendición que Él nos ofrece por medio de Jesucristo para darnos vida eterna.

Este regalo se recibe mediante la fe por identidad. Creer que Jesús es el Hijo de Dios, reconocer que somos pecadores necesitados de redención, confesar que Él es nuestra única esperanza y recibirlo en nuestro corazón… eso es fe viva. Vivir en Cristo es descubrir nuestra verdadera identidad. Como dijo Pablo en Gálatas 2:19-20:

“¡Ahora vivo para Dios! ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y mientras vivo en este cuerpo, vivo por la fe del Hijo de Dios, quien me amó sacrificialmente y se entregó a sí mismo por mi”.

La salvación es más que una promesa futura; es una realidad presente. Quienes la reciben comienzan un camino de transformación, pareciéndose cada día más a Jesús. Los salvos lo saben, y lo viven.

Hoy, la pregunta no es si lo mereces, sino que es: ¿Has recibido este regalo? Dios ya te lo dio, sólo tienes que abrirlo y hacerlo tuyo. ¿Reflejas a Cristo en tu vida?  Dios anhela que seas el reflejo de Su Hijo amado. Este puede ser el día en que comiences a vivir plenamente en Él.  La salvación está a tu alcance… y en Cristo, puedes estar completo.

Dalila Gómez, Puerto Rico     

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2 Comentarios

  • Linnette J Vazquez

    Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo.
    2 Timoteo 1:9
    Tú me cubres con el escudo de tu salvación, y con tu diestra me sostienes; tu bondad me ha hecho prosperar. Me has despejado el camino, así que mis tobillos no flaquean.
    Salmo 18:35-

  • Linnette J Vazquez

    Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo.
    2 Timoteo 1:9

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