Devocional

MESA DE LA COMUNIÓN 

Texto: Lucas 22:14 TCB  «Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa junto con los apóstoles». 

¿Cuán representativa puede ser una mesa? Es un elemento que forma parte de nuestra casa, está ahí estática, llana, sin vida y aún con estas características es interesante cómo alrededor de aquel objeto inerte pueden acontecer los momentos más importantes de la vida del ser humano. En torno a una mesa se comparten diálogos, noticias, se intercambian ideas, risas y llanto.

Alrededor de una mesa se encontraba Jesús con sus discípulos para darles a conocer lo que pronto acontecería, un cambio drástico que removería hasta la última fibra de su ser. Así lo expresa el evangelio de Lucas 22:14: «Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa junto con los apóstoles». Es impactante cómo inicia el acontecimiento de la eucaristía en el versículo 15, cuando les dijo: «¡Cuánto he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de sufrir!»

Jesús expresa cuán importante era aquel grupo que lo había acompañado hasta ese momento, mostrando el verdadero sentido de la comunidad, ya que en la mesa no solo se lleva el pan y la alegría, también se comparte el hambre y la congoja. A través de aquel acto tan significativo, la desgracia se transforma en gracia y surge un cambio existencial dentro de cada ser. Cada uno de los presentes se vuelve testigo de la comunión y no solamente recibe alimento físico, sino también espiritual, un alimento que los restaura y conecta con Dios por medio de Cristo; reciben un alimento que los salva.

Cada vez que compartimos la Santa Cena en nuestras comunidades de fe, traemos aquel acto de salvación a nuestro hoy. En el versículo 19 se nos insta: «…hagan esto en memoria de mí». Cada testigo de la comunión es sanado, perdonado y renovado, dando paso a una transformación integral que permite vivir y comprender la comunión.

Rememorar aquel acto nos muestra la presencia permanente de Jesús, cómo por encima de su sufrimiento estuvo aquel amor inquebrantable que se dio a sí mismo para establecer una nueva alianza. En el versículo 20 se afirma: «…Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes», abriendo así el camino para un encuentro directo con el Padre.

Seamos intencionales en el momento de la eucaristía, invitemos a todos a la mesa, seamos el sustento de nuestros hermanos, seamos aquel reflejo tangible del amor de Cristo, seamos portadores de gracia, seamos aquella comunidad de testigos que expande un mensaje de transformación integral por medio de sus palabras y acciones. Seamos y vivamos la comunión.

Créditos: 

Yuri Nieto Flores

Ecuador

Comparte la bendición:

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *